El peligro de la balcanización
Unionistas y republicanos han formado un Gobierno conjunto, pero eso no les obliga a renunciar a sus objetivos a largo plazo: para los primeros, seguir unidos al Reino Unido; para los segundos, la unificación de Irlanda. Entre los segundos está el actual Gobierno de la República de Irlanda, del Fianna Fail, que aspira a que algún día haya un referéndum que apruebe la reunificación en las dos partes de la isla.
Pero en un encuentro la semana pasada en Dublín con varios periodistas europeos, el ministro irlandés de Exteriores, Dermot Ahern, admitió que "pasará mucho tiempo antes de que se contemple la posibilidad del referéndum". "Todavía hay mucha desconfianza. Aún hay sectarismo en muchas zonas de Irlanda del Norte. Es endémico por ambas partes. Uno de los asuntos en los que tenemos que tener más cuidado es que este nuevo Ejecutivo no sea en la práctica un factor de división, de manera que acuerden entre ellos que el Sinn Fein sólo se ocupe de las zonas nacionalistas y el DUP sólo de las zonas unionistas. Eso sería como balcanizar el paisaje", añadió.
Hay formas, sin embargo, de prevenir una balcanización, sobre todo la tutela de Londres y Dublín y la cooperación transfronteriza a través de los órganos creados en los Acuerdos de Viernes Santo, "que se reunirán para tratar de materias como turismo, carreteras, promoción comercial y otros asuntos que afectan a toda la isla". El ministro recordó que uno de los aspectos clave de la paz es la renuncia de Irlanda a su reclamación territorial sobre el norte de la isla, aceptando que la unificación sólo es posible si se respeta a la minoría unionista.
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