El soterramiento de las vías en L'Hospitalet será realidad en dos años

En 2008 empezará el soterramiento de las dos líneas de Cercanías y Regional que atraviesan L'Hospitalet, la C-2 y la C-4, que cortan la circulación en numerosos puntos de la ciudad y actúan de barrera física entre barrios. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez; el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, y el alcalde de L'Hospitalet, Celestino Corbacho, firmaron ayer un acuerdo para coordinar las actuaciones.

El protocolo incluye, como novedad, que el soterramiento empezará a la altura de la calle de Ciències, lo que permitirá prolongar este vial con el fin de que los vecinos puedan caminar a pie desde la Gran Via hasta el río Llobregat sin encontrar el obstáculo que ahora suponen las vías. La actuación tendrá un coste de 300 millones de euros.

Corbacho anunció que las obras empezarán en 2008 y su duración será de entre dos y dos años y medio, aproximadamente. En ese tiempo se soterrará la línea de Vilanova i la Geltrú (C-2) desde justo antes de llegar a la Gran Via hasta el barrio de La Torrassa, y la de Vilafranca del Penedès (C-4), desde la boca del túnel del Gornal hasta el mismo punto de La Torrassa. Precisamente, en el lugar donde confluyen ambos trazados se construirá el intercambiador de La Torrassa, que tendrá un coste de 50 millones de euros. La futura gran estación albergará además la actual parada de la línea 1 de metro y otra de la futura línea 9. La estación se prevé que será el nudo de comunicaciones más importante antes de llegar a Sants.

A la salida de la estación, las vías se cubrirán "en los tramos que sea posible", según fijaron la Generalitat, el Ayuntamiento y el Ministerio. En este caso se actuará de forma similar a como se está ejecutando actualmente la cobertura de vías en la ciudad de Barcelona.

En Bellvitge se mantendrá la actual estación, que también estará bajo tierra, después de una larga reivindicación vecinal y del Ayuntamiento, ya que en un principio el Ministerio de Fomento había previsto su desaparición.

El soterramiento de las vías de la línea de Vilafranca permitirá eliminar la histórica barrera que existe entre los barrios de La Florida y Sant Josep. La desaparición en superficie de la línea de Vilanova posibilitará, a su vez, una mejor comunicación de los barrios de Gornal y Bellvitge con el resto de la ciudad.

El soterramiento se efectuará una vez finalicen las obras de la alta velocidad a su paso por la ciudad, tal como estaba previsto. Ante la expectativa de que la ciudad vuelva a estar durante un tiempo llena de máquinas perforando en un terreno que está densamente poblado, el alcalde aseguró que "la experiencia de las obras del AVE facilitará las cosas".

El Ministerio de Fomento financiará cerca del 85% de la actuación, la Generalitat aportará el 10% del presupuesto y el Ayuntamiento el 5% restante, de acuerdo con lo previsto inicialmente. Sin embargo, las tres administraciones deben aún suscribir diversos convenios de colaboración para fijar las condiciones de cofinanciación. Por el momento se prevé que el consistorio asumirá una parte más importante del intercambiador de Bellvitge, incluido en el último momento. El consejero de Política Territorial destacó que la integración urbana del trazado del ferrocarril convertirá las molestas vías en "auténticos nudos de comunicación", gracias al nuevo intercambiador de La Torrassa.

Antes de llevar a cabo el soterramiento, el Ayuntamiento deberá desviar los colectores que atraviesan los terrenos afectados.