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Intelectuales y artistas destacan la ausencia de los políticos

Perdida en mitad de la manifestación, la blanca melena de Xosé Manuel Beiras atraía las miradas de sus compañeros de movilización. El antiguo portavoz nacional del BNG, ahora miembro de su Executiva Nacional, fue prácticamente el único político al uso al que se pudo ver a lo largo de la marcha, si es que el nacionalista encaja en la definición de político al uso. No apareció ningún otro camarada de gremio, salvo que algún concejal de poca fama se colara entre los manifestantes. No hubo diputados, ya fueran autonómicos o nacionales, ni cargos públicos, ni alcaldes, ni líderes de ningún partido. Ni de los que gobiernan, a los que iban dirigidas las proclamas, ni de los que lo hicieron antes, y cuya labor también fue objeto de severas críticas.

El escritor Suso de Toro lo resumía así: "Aquí no están los aparatos políticos tradicionales; lo que hay es una coordinación de gente con sus problemas, gente capaz de articularse y plantear un programa global con perspectiva de país". De Toro habló de una situación "paradójica". De un lado, críticas a los que están en el Gobierno; del otro, "un Partido Popular que no asume estas reivindicaciones". La ausencia de las organizaciones políticas tradicionales retrotrajo al escritor a Nunca Máis. "Como entonces, se ve que estamos en un país vivo, en contra del tópico. Y se ve también que los partidos tienen una concepción de sí mismos muy cerrada", opinó.

"Alta traición"

Con grados de cólera por encima de De Toro, la actriz Mabel Ribera se empleó con contundencia contra el bipartito. "Hace dos años hubo un cambio político por el que muchos peleamos y pusimos nuestra cara y nuestro talento particular. Ahora estamos igual", se lamentó. "Aunque no se pueda comparar con la de Fraga, esta Xunta ha generado un gran desánimo e indignación, al comprobar que se está haciendo seguidismo". Ribera, una de las protagonistas de la mañana, no dudó en calificar la actitud del Gobierno de socialistas y nacionalistas de "traición, alta traición".

A diferencia del Prestige, cuando la desastrosa gestión de un naufragio desencadenó las protestas ciudadanas, Mabel Ribera habló de "Galicia non se vende" como un "reventón por acumulación y saturación". Para Beiras, la "analogía" con Nunca Máis es evidente, aunque "a pequeña escala". Para el que fuera portavoz nacional del BNG, el de ayer fue "un nuevo ejemplo de democracia participativa". "El tejido asociativo que dejó Nunca Máis debe mantenerse siempre vivo, porque hablamos de problemas que sólo se resuelven si existe una presión suficiente de la ciudadanía", reflexionó. Eludió Beiras la crítica frontal al bipartito, pero apuntó que las agresiones al territorio "son constantes", por lo que conviene mantener la tensión "para hacer barrera frente a cualquier debilidad del poder".

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