El banco de la discordia

La sede central de LaSalle se encuentra en la calle del mismo nombre en Chicago (Illinois). Desde allí, su primer ejecutivo desde el pasado marzo, Larry D. Richman, controla un banco que tiene unas 400 sucursales a lo largo de todo Estados Unidos. La entidad -dedicada a la banca minorista, las pequeñas y medianas empresas y las instituciones- cuenta con unos activos de 124.000 millones de dólares (91.439 millones de euros) y casi 70.000 millones en depósitos (51.600 millones de euros), según la entidad.

Estas cifras muestran la diferencia entre el mercado bancario en Estados Unidos y España, donde una entidad como el Banco Pastor dispone de 610 sucursales y 11.683 millones de euros en depósitos.

Pero el gran atractivo de LaSalle, el motivo por el que seis gigantes de la banca mundial -unidos en dos bandos- pelean, es su fuerte implantación en la capital del Medio Oeste, Chicago, la ciudad donde nació en 1927.

En el área metropolitana de la tercera urbe de EE UU, LaSalle es uno de los pocos bancos que controla más del 4% del mercado minorista junto a JP Morgan y Bank of Montreal. Esto diferencia las finanzas de Illinois de otras zonas del gigante americano. En Nueva York, por ejemplo, al menos siete bancos superan este porcentaje.

Así, LaSalle se convierte en un bocado apetitoso para el Bank of America por el que está dispuesto a pagar 15.000 millones de euros a su actual propietario, el holandés ABN Amro. La segunda entidad financiera estadounidense lograría así entrar en un área geográfica difícil.

Sin embargo, la decisión judicial de ayer paraliza las intenciones de Bank of America, y abre las puertas a las pretensiones del Royal Bank of Scotland, el líder del consorcio que quiere comprar ABN. El gigante británico reforzaría así su negocio en el Medio Oeste estadounidense, una zona donde ya está presente a través de su filial Charter One. De esta forma, establecería una posición sólida en las finanzas de la primera economía mundial, donde su papel hasta ahora es pequeño