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Ni un solo dirigente del PSC sale en apoyo de Maragall en la reunión de la Ejecutiva

Montilla insiste en enterrar la crisis centrándose en las elecciones municipales

Ni una sola voz de apoyo a Maragall. Ni un gesto de comprensión hacia el que todavía es presidente del partido. Así dio ayer carpetazo el PSC, al menos por ahora, a la crisis abierta por el ex presidente de la Generalitat al declarar sentirse "traicionado" por Zapatero y afirmar que el proceso de reforma estatutaria "no valió la pena". Los socialistas catalanes han optado por echar tierra al asunto e intentar llegar a las elecciones municipales con los menores rasguños posibles. Por este motivo, el primer secretario del partido, José Montilla, instó ayer a los suyos a olvidar las declaraciones de Maragall y centrarse en los próximos comicios y en el despliegue del Estatuto, que defendió a ultranza.

Las caras de circunstancias de los socialistas catalanes desde que su presidente se despachara en críticas contra el proceso de reforma estatutaria y lanzara pullas contra el mismo presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se reproducieron en la Ejecutiva del partido de ayer. Maragall no asistió. Tampoco se le esperaba: desde que dejó la presidencia de la Generalitat en noviembre, no ha participado ni una sola vez en estas reuniones.

Su ausencia no evitó que se convirtiera en protagonista de parte de la reunión y de la práctica totalidad de la conferencia de prensa posterior. A puerta cerrada, y según fuentes de la Ejecutiva, el primer secretario, José Montilla, intentó sofocar la crisis reduciendo el debate a la mínima expresión. De hecho, sólo él, y en parte el viceprimer secretario, Miquel Iceta, abordaron el asunto. Y Montilla lo hizo, no tanto para desautorizar abiertamente a Maragall como para decir que lo importante ahora son las elecciones municipales y la defensa del Estatuto aprobado por los catalanes.

Y aunque en los últimos días han salido algunos dirigentes socialistas si no defendiendo, sí al menos mostrando cierto grado de comprensión hacia Maragall, ayer ninguno de éstos habló en la Ejecutiva. Nadie, tampoco los dirigentes socialistas sobre los que Maragall conserva cierta ascendencia, salió en defensa del ex presidente de la Generalitat.

Sin respuesta del PSOE

En la conferencia de prensa posterior a la Ejecutiva, el viceprimer secretario del partido, Miquel Iceta, negó que las duras críticas expresadas por Maragall en los últimos días indiquen "desafecto" del ex presidente de la Generalitat hacia el partido que todavía preside. También negó que el partido haya comenzado los trámites para sustituirle tras las municipales. "Maragall no nos ha comunicado formalmente su renuncia; por una cuestión de respeto básico hacia su figura no hemos abordado este debate", justificó.

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En caso de que Maragall abandonde realmente la presidencia del partido tras las elecciones municipales sin esperar al Congreso de 2008, el partido no se plantea sustituirle. Manuela de Madre, como vicepresidenta, asumiría sus funciones. Los socialistas también quieren evitar por ahora el debate sobre si es necesario pensar en un nuevo presidente y recuerdan que esta figura no siempre ha existido en el organigrama del PSC.

Mientras tanto, en el PSOE se ha optado por ignorar las críticas de Maragall hacia José Luis Rodríguez Zapatero, de quien dijo que ha abandonado el federalismo para pasarse al "felipismo". "Maragall se refiere a capítulos que ya forman parte del pasado", reiteraron ayer dirigentes del PSOE como toda valoración, informa Anabel Díez.

Pese a los intentos de sofocar la crisis a base de silencios, el PSC no ha podido frenar las críticas de la oposición. Tanto el PP como Convergència i Unió piensan sacar tajada del boquete abierto por Maragall con sendas preguntas al presidente de la Generalitat, José Montilla, en el pleno que se celebrará esta semana. El líder del PP catalán, Josep Piqué, le reclamó ayer mismo a Montilla que explique si "Maragall miente o no" cuando dice que el Estatuto "no valió la pena".

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