Metronorte contra la A-1
Aguirre reconoce que el suburbano a 'Sanse' reducirá los atascos pero no los evitará
Los atascos de la autovía de Burgos (A-1) -desde la que se accede a Madrid por el norte- son motivo de queja constante. Tanto que la movilidad se ha convertido en la principal preocupación de los ciudadanos de San Sebastián de los Reyes, según dijo ayer su alcalde, José Luis Fernández Merino (PSOE). Los vecinos de Sanse y los residentes de Alcobendas tienen ya otra forma de llegar a la capital sin coger el coche: Metronorte, la ampliación de la línea 10, con 15,7 kilómetros y 11 estaciones.
Fernández Merino considera que el suburbano mejorará la calidad de vida de sus vecinos. "Dejaremos de gastar media vida en el coche o en los autobuses para ir trabajar", aseguró en la inauguración. Para el alcalde de Alcobendas, José Caballero (PSOE), no es suficiente. Caballero reivindicó ayer un carril BUS-VAO que permita a los usuarios del autobús viajar más rápido.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre (PP), reconoció que la ampliación de Metro, valorada en 784,5 millones de euros, no eliminará los atascos pero "se reducirán".
En la inauguración del nuevo tramo prometió construir la radial 1 como alternativa a la autovía de Burgos y hacerse cargo de la plataforma reservada al bus, competencia del Ministerio de Fomento. "La señora ministra [Magdalena Álvarez, titular de Fomento] hace tres años que está y todavía no ha hecho nada", dijo. Un portavoz de Fomento explicó que ayer enviaron al BOE la aprobación previa del proyecto, valorada en 40,7 millones de euros. Aún no hay fecha prevista para su construcción.
Con la apertura de ayer, el recorrido del metro se amplía a 265 kilómetros y 269 estaciones. Las inauguraciones de los nuevos tramos se han convertido en una prioridad en la agenda de Aguirre. Ayer dedicó tres horas al estreno, rodeada de la mayoría de los consejeros del Gobierno regional y de responsables de la obra. El recorrido fue retransmitido por Telemadrid en directo.
En su recorrido matutino, todo fue sobre ruedas. Por la tarde, los usuarios se encontraron con algunos fallos. Por ejemplo, los carteles de cada andén anunciaban la llegada del tren al andén contrario y el transbordo obligatorio en Tres Cantos, en el que deben bajar del tren, pasar por el torniquete y subir en otro vagón al otro lado pilló de sorpresa a otros. También hubo fallos en las expendedoras de billetes, que se tragaron algunas tarjetas. "Esto es normal, estamos de pruebas", explicó una trabajadora de Metro.
Nada falló durante el paseo de la comitiva de consejeros. Llegaron a Tres Olivos desde Sol y pararon en siete de las 11 nuevas estaciones. En Las Tablas salieron a la superficie para ver la conexión con el metro ligero a Pinar de Chamartín, que abre en dos semanas.
En la parada de Ronda de la Comunicación, sufragada por Telefónica, Aguirre posó con los trabajadores de la compañía, que trasladará a 12.000 empleados al polígono de la Ciudad de las Comunicaciones. En Marqués de la Valdavia esperaba la corporación municipal de Alcobendas. La presidenta salió a saludar a la gente que esperaba fuera. "¿Por qué no quitamos las vallas?", pidió. Ese gesto dio al traste con la organización. Algunos de los vecinos se saltaron el control de seguridad y se mezclaron el resto del viaje con la distinguida comitiva.
"Ese acceso aún no está terminado"
En el Metronorte hay que llevar siempre el billete a mano. Ése fue el quebradero de cabeza de la mayoría de los usuarios ayer, porque es necesario para entrar y para salir. "Otra vez el dichoso billetito", comentó una usuaria en Tres Olivos, la primera estación dividida por un andén central en el que es obligatorio cambiar de tren.
A otros les fue mejor. "Con el metro nos ahorramos un billete", explican Chema Casado y Aurelia Ajo. Antes para ir a trabajar cogían el autobús hasta el metro de Fuencarral. Ahora pueden hacer el trayecto seguido.
María García y Pedro Romero, vecinos de San Sebastián, viajaron ayer "para curiosear". Ella protesta porque el nuevo recorrido no pasa por el centro del municipio, pero les gusta la amplitud de las estaciones aunque algunas necesitan retoques. Es el caso del acceso al paseo de la Chopera de la parada de Marqués de la Valdavia, en Alcobendas. "Todavía no está terminado, debe salir por el otro lado", explica el guardia de seguridad. También falla el ascensor, como en la parada de La Granja. "Había prisa por inaugurar, ya sabe, las elecciones", comenta con sorna Nuria Cortijo, otra usuaria.
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