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Memoria suspendida en el aire

La exposición 'SantiagodC' reúne imágenes antiguas del casco viejo

Al entrar en el antiguo edificio del Banco de España, en la Plaza de Platerías de Santiago, un mapa de la ciudad pintado en el suelo guía los pasos del visitante que recorre, a vista de pájaro, las calles y plazas compostelanas. De esta forma, resulta sencillo dirigirse hacia el lugar de Santiago que a uno le interesa recordar.

La muestra SantiagodC, patrocinada por el Ayuntamiento y el Consorcio de Santiago en la conmemoración de su decimoquinto aniversario, organiza así el espacio de la sala de exposiciones, en la que decenas de fotografías en blanco y negro muestran los edificios y la gente de hace más de un siglo.

Las imágenes datan desde el mediados del siglo XIX hasta principios del XX y en ellas se recogen estampas del casco histórico de Santiago. La vestimenta de la gente es uno de los pocos indicios que delatan la fecha en que se tomaron las fotografías, que tienen como escenario el entorno inamovible de los monumentos y edificios ya por aquel entonces antiguos.

El objetivo de la muestra es representar la evolución de la ciudad durante esos dos siglos. Sujetas con tensos hilos de metal desde el suelo hasta el techo, las fotografías muestran la plaza del Obradoiro, la de Platerías, la del Toural, las rúas Nova y del Vilar, además de otros lugares emblemáticos.

"Santiago es uno de los puntos mágicos del mundo, se encuentra entre el cielo y la tierra", afirmó ayer Manuel Blanco, comisario de la exposición, quien explicó que fue esa imagen de la ciudad la que le llevó a colocar las fotografías de esa manera, suspendidas en el aire. Para Blanco, ésta es una de las "mejores colecciones de fotografía antigua sobre la ciudad" que trae a la memoria recuerdos de Santiago.

"Se trata de hacer una exposición que explique la relación entre la memoria de la ciudad y su futuro", señaló el gerente del Consorcio, Xosé Manuel Villanueva. Por ello, SantiagodC incluye fotografías actuales que rodean a las antiguas, creando un "gran cinturón verde" con las actuaciones de arquitectos gallegos como César Portela, Manuel Gallego, Antón García-Abril o Álvaro Siza. Manuel Blanco explicó que la división entre esas dos grandes instalaciones representa las dos caras de Santiago: la histórica, que convive con la ciudad "que se está construyendo" y la actual, que "acoge los elementos para formar una capital de Galicia moderna".

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La exposición, inaugurada ayer, permanecerá abierta hasta el próximo 30 de septiembre. Cuenta con un presupuesto de 550.000 euros y pretende reforzar el papel del antiguo edificio del Banco de España como museo de la ciudad. Tras el éxito de la muestra Intramuros, la anterior exposición del edificio, la organización espera conseguir la misma aceptación en esta nueva iniciativa. Una de las novedades con respecto a otras salas es su horario: permanece abierta hasta medianoche.

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