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Uno de cada cuatro niños nace por cesárea

En los centros privados los partos quirúrgicos se disparan hasta alcanzar el 40,6%

La cesárea se ha convertido en el procedimiento quirúrgico hospitalario más frecuente en los países desarrollados y la Comunidad Valenciana no es una excepción. Uno de cada cuatro niños nacidos el año pasado en centros públicos (el 24%) lo hizo por el vientre de su madre. El dato, pese a estar diez puntos por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, "es muy aceptable" a juicio de Ezequiel Pérez, presidente de la Sociedad Española de Contracepción. En los centros privados la cifra es notablemente superior: el 40,6%.

La OMS considera recomendables unas tasas de cesárea del 15%, una cifra universal que hay que adaptar al contexto económico, social y cultural de cada país. De ahí que en el entorno español, porcentajes del 24% -la media de los hospitales públicos valencianos excepto los centros de Requena y Dénia- estén "justificados" a juicio de Ezequiel Pérez, responsable de ginecología y obstetricia del hospital de Requena.

La tasa ha aumentado de forma sostenida los últimos años -19,8% en 2001 o 22,8% en 2003-, lo que responde a diversos factores. Uno de ellos obedece a la importante presión que la familia de la madre ejerce sobre los médicos, algo en lo que coincide con Pérez el responsable de ginecología del hospital de La Plana de Castellón, Manuel Fillol. "Ante cualquier situación de riesgo, la familia te presiona para que hagas una cesárea", apunta el médico del centro de Requena. Esta insistencia, reconocen, puede ser incluso más fuerte que la creciente presión judicial a la que se ven sometidos los ginecólogos. "La medicina defensiva influye muchísimo" apunta Fillol, que junto a Pérez mantienen en sus centros en los puestos más bajos con unos porcentajes en torno al 17%. Todo ello ha hecho que cambien las prácticas. Los partos en los que los bebés se encuentran mal colocados y salen de nalgas, hace años se hacían por vía vaginal mientras que ahora se practica directamente una cesárea por los problemas que pueden presentarse.

Pero también existen otras cuestiones. Las mujeres son cada vez madres con más edad, lo que aumenta la probabilidad de partos complejos y, por ello, de cesáreas. Y además, mientras existe una corriente de madres que abogan por partos cada vez más naturales y menos medicalizados, existe otra en la que prima sobre todo la seguridad, reducir al mínimo la incertidumbre y las esperas. "Un parto es laborioso, pesado, incómodo, con esperas y con la cesárea te ahorras todo esto", comenta Pérez que se define como un ginecólogo "muy vaginalista" pese a que entiende esta postura y que la mujer "elija qué tipo de parto desea".

Esta situación provoca que haya países como Brasil en el que el 77% de las mujeres que acuden a dar a luz en la sanidad privada tengan a sus hijos por cesárea. Las cifras en los centros privados valencianos no son tan altas, pero sí superan sensiblemente a las tasas de la sanidad pública. El último dato de la Consejería de Sanidad apunta a que el 40% de los nacimientos en clínicas privadas no son naturales. En 2004, la cifra llegó al 45%, según un estudio del servicio de salud infantil y de la mujer de la dirección general de Salud Pública. En estos casos, los especialistas consideran las tasas mucho menos justificadas.

Parto no medicalizado

Cada vez son más las madres que quieren evitar al máximo la medicalización en el parto. Rasurados, enemas, inducción con oxitocina, episiotomía -la incisión en el perineo para aumentar la apertura vaginal- o goteros son elementos que están presentes en buena parte de los naciemientos en los hospitales. Frente a este parto marcadamente quirúrgico, hay centros sanitarios que comienzan a ofrecer otras formas de tener hijos. El que más ha apostado por ello desde la sanidad pública en la Comunidad Valenciana es el hospital de La Plana. "Han venido incluso alguna madre de Elda a parir", comenta el responsable de ginecología y obstetricia Manuel Fillol.

Siempre que se den las condiciones que lo hagan posible, que consisten en que no haya complicaciones, se ofrece a la madre la opción de intervenir lo mínimo posible. "Si el parto viene normal apenas hay que hacer nada", apunta Fillol. Se deja al cuerpo que continúe de forma natural las contracciones y la dilatación, se evita romper la bolsa amniótica artificialmente, se calman los dolores por métodos naturales, la mujer puede moverse libremente y elige la postura que prefiere para alumbrar.

Todo esto no significa que en cualquier momento que se precise pueda echar mano a la anestesia epidural o a una cesárea, si las conas no vienen bien dadas. Se trata de evitar la intervención médica que no sea necesaria.

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