"Más que a Verdi le doy a la ranchera"
Con 49 años y dos hijos, es alegre como un cascabel, aunque, en el terreno canoro, tiene pinta de no ir mucho más allá del 'Baixant de la font del gat'. Le gusta escribir, ir al gimnasio, esquiar y estar sola. Dice que no planea casi nada, porque deja un hueco a la aventura. Y que siempre que ve un avión tiene ganas de subirse