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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Mapa de riesgos

Emilio Ontiveros

El informe de perspectivas económicas que acaba de publicar el Fondo Monetario Internacional (http://www.imf.org) es particularmente útil y oportuno; su lectura, en todo caso, conviene no aislarla del correspondiente Informe de Estabilidad Financiera de la propia institución, divulgado casi simultáneamente. Del primero se deduce la solidez del crecimiento económico de la economía mundial en el presente año y la ausencia de tensiones inflacionistas, dando por superadas las perturbaciones que registraron los mercados de acciones en febrero y marzo. La tranquilidad es algo menor cuando se termina de leer el segundo, en especial su primer capítulo. Es aquí donde se actualiza el mapa de la estabilidad financiera global: una herramienta destinada a valorar la evolución de las condiciones (monetarias y la aversión al riesgo) y de aquellos factores de riesgo (macroeconómicos, mercados emergentes, riesgo de crédito y riesgos de mercado) susceptibles de determinar la evolución de la estabilidad financiera global.

Los riesgos asociados al crecimiento económico han disminuido a corto plazo y los asociados a los desequilibrios globales no han aumentado

El mapa ilustra cómo algunos de esos factores de riesgo han aumentado ligeramente desde el pasado septiembre. Ninguna de esas áreas constituye una amenaza directa a la estabilidad financiera global hoy por hoy, pero un episodio adverso que afectara a alguna de ellas podría obligar a la reconsideración de esa zona de relativa tranquilidad donde se encuentran. Los riesgos macroeconómicos a corto plazo han disminuido: lo han hecho los asociados al crecimiento económico, y los asociados a los desequilibrios globales no han aumentado desde el pasado septiembre; en realidad, uno de los determinantes del desequilibrio exterior estadounidense, su déficit presupuestario se esta reduciendo. Otro de los riesgos macroeconómicos sobre los que se alertaba en el anterior informe, y del que hemos conocido algunas manifestaciones en las ultimas semanas, el derivado de la morosidad hipotecaria también en EE UU, parece estabilizado según el FMI, aunque tampoco cabe descartar sorpresas desagradables.

Donde las alertas son algo más destacadas es en la evolución del riesgo de crédito. En particular el aumento, continuado e intenso, de las compras apalancadas de empresas. El tamaño de las mismas y el grado de endeudamiento es muy superior al de épocas anteriores. En 2006, el valor global de las fusiones y adquisiciones (M&A) alcanzaron 3.600 millones de dólares, una parte significativa de ellas fueron abandonos de Bolsa por empresas reticentes a asumir las nuevas y más estrictas regulaciones impuestas en algunos mercados, especialmente en EE UU. Todo ello en un contexto en gran medida vigente, de abundante liquidez, tipos de interés relativamente bajos y aumento significativo del apetito por el riesgo. Entorno que ha convertido a los fondos de private equity en los grandes beneficiarios de la asignación de liquidez, incluida la procedente de algunos bancos centrales y muchos inversores institucionales. El ratio de deuda sobre ebitda en ese tipo de operaciones no ha dejado de aumentar, hasta 5,5 veces a finales del año pasado. Otra de las diferencias que quizá justifica la inquietud diferencial es que el endeudamiento con que se nutren esas operaciones ya no es mayoritariamente de bonos de elevado rendimiento, sino de financiación bancaria, en algunos casos sindicada. Buenas condiciones de precio para los prestamistas, pero exposición elevada en algunos operadores bancarios que, en no pocos casos, son piezas centrales para la estabilidad de los sistemas financieros nacionales.

Todo ello justifica esa preocupación diferencial que se deduce del mapa de riesgos: la exposición a choques económicos no previstos puede empeorar de forma significativa la solvencia de algunos deudores y, con ella, la de sus acreedores. En algunos países, la concentración del endeudamiento privado en unos pocos prestatarios, adquirentes de compañías dentro o fuera del país, no favorece la tranquilidad. Estos riesgos sólo están parcialmente reflejados en las revisiones que hacen las agencias de calificación y, en todo caso, su asunción supone en gran medida la continuidad de esta fase cíclica sin muchos precedentes, tanto en la intensidad del crecimiento económico, como el no menos destacado de los beneficios empresariales. Convenir con el FMI en el carácter benigno de la macroeconomía no es equivalente a hacerlo en la misma medida con la continuidad de los resultados microeconómi-cos. El escrutinio de prestatarios y prestamistas ha de ser hoy mas riguroso.

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