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Reportaje:

De espaldas al mar interior

El Plan de Termalismo de Ourense diseña una ciudad turística y empresarial en torno al agua

Mario Crecente, gerente de la empresa que realiza el Plan de Termalismo de Ourense por consenso de los tres grupos municipales y encargado por las tres administraciones políticas (ayuntamiento, diputación y Xunta de Galicia) abroncó ayer a las instituciones políticas y empresariales que hasta el momento no han sido capaces de aprovechar la mina de oro de las caldas orensanas. "Aquí no se tomó nunca en serio el proyecto de la ciudad termal", espetó el experto en el acto de presentación del proyecto a la sociedad orensana celebrado con boato en el Teatro Principal. Crecente aportó datos que sustentan su malestar: "Ourense desaprovecha diariamente al menos tres millones de litros de agua termal que van al río o para cocer los callos..."

El proyecto necesita infraestructuras y consenso político para convertirse en realidad

La única provincia gallega que carece de mar, lo tiene escondido, "Ourense tiene el mar dentro, y es caliente", proclamó Mario Crecente ante un sorprendido auditorio. Las 47 fuentes que generan los tres millones de litros de agua termal que ha recontado el equipo de Crecente Asociados SA (el último balance de la Xunta cifraba las fuentes en 11) situarían a Ourense a la cabeza de las ciudades termales europeas, considerando que algunas, como Bath, que viven de esto, "generan entre 1 y 1,4 millones de litros; sólo nos supera Budapest".

Quizá por ello el especialista invocó a Pachamamá al comenzar la exposición del proyecto que podría suponer para la vieja ciudad de As Burgas el maná del que ha carecido hasta el momento: tres mil usuarios potenciales a una media de 1.000 litros por usuario y día, con la creación de 700 empleos estables sólo en las 1.000 plazas hoteleras que albergarían el turismo en el centro de la ciudad. Plazas, por cierto, alejadas del macrohotel balneario aprobado por el actual equipo de gobierno del ayuntamiento. Ahí, en el entorno de la Plaza de Abastos, el equipo que realiza el proyecto ha decidido preservar como un monumento emblemático y gran hotel termal de la ciudad, "cuanto antes", el "edificio singular de ubicación singular" obra del Vázquez Gulías. Junto a ello, aboga por la supresión del viaducto que separa As Burgas del resto de la ciudad y las confina en un escondite opaco.

Pero la nueva ciudad que dibujó Crecente precisa de las infraestructuras necesarias y de consenso político. "Si no hay acuerdo de todas las fuerzas", amonestó de nuevo el especialista a quienes aplaudían su visión de futuro, "no habrá nada: esto no será más que una entelequia".

La nueva ciudad termal estaría abocada a modificar, además, su campo de la feria, "convirtiéndola en un espacio de ocio lúdico, al estilo alemán" y la depuradora de Reza (declarada ilegal) habría de convertirse en espectáculo de la transformación del agua residual en agua "curada". El equipo de Crecente dibuja, además, en su visión de futuro la feria Aguarte (una bienal del agua y del arte) y el destino de las aguas curativas orensanas a fines cosméticos "aprovechando la distribución que ya tienen las grandes firmas del textil orensano".

Pero este es un proyecto a diez años. Para empezar, Crecente estima necesaria una inversión pública, para la primera fase de As Burgas, de 60 millones de euros y de 180 millones de euros de inversión privada, así como la creación de un consorcio similar al que preserva el casco histórico de Santiago. "Agua Auria", proclamó el ponente traduciendo del latín: "El agua es oro". Y, ante el impactado público, pone tarea: "Vayan haciendo prácticas".

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