La Vila retrasa la protección de un yacimiento para no frenar un hotel
El PP se opone a declarar BIC los restos romanos de Alonis
El alcalde de La Vila Joiosa, José Miguel Llorca Senabre, del PP, se preguntaba en voz alta en el pleno del jueves: "¿Si tomamos alguna determinación podemos perjudicar al dueño de los terrenos?" Al final no se tomó ninguna, y el tema quedó sobre la mesa. La propuesta de la oposición era iniciar la declaración de Bien de Interés Cultural de unos yacimientos que, según los indicios, corresponden con la antigua ciudad romana de Alonis.
La intención del PSPV, Bloc e Iniciativa Independiente de iniciar los trámites para proteger los yacimientos encontrados en la calle Canalejas ha sido frenada de momento. Un empresario planea la construcción de un hotel sobre los restos arqueológicos encontrados en La Vila Joiosa y ha obtenido una licencia del Consistorio, condicionada por la normativa local a la realización de las catas arqueológicas.
Alonis era una de las diez ciudades que en la época romana tenían estatuto jurídico en la actual Comunidad Valenciana. Era una importante infraestructura portuaria que había permanecido oculta a pesar de las múltiples investigaciones destinadas a localizarla emprendidas desde el siglo XVIII, pero ahora numerosos indicios apuntan a que podría hallarse en el mismo corazón de la localidad de La Marina Baixa, en la calle Canalejas, muy cerca del casco antiguo. El concejal de Cultura, Marcos Santapau, argumentó en el debate que todavía no dispone de todos los informes para conocer la "magnitud" del hallazgo, y pidió esperar a tenerlos para proceder a la tramitación solicitada. Las palabras del alcalde de La Vila Joiosa sin embargo delataron lo que más tarde confirmaría el concejal de Iniciativa Independiente, Pedro Lloret: "si el solar se convierte en zona BIC pasa a ser gestionado inmediatamente por la Consejería de Cultura, que está obligada a realizar una expropiación del solar". Si no es así, el consistorio puede gestionar una permuta en la que, tal y como se preguntaba el alcalde "no se perjudique" al constructor. El interés cultural queda, pues de momento, en segundo plano.
Desde el departamento municipal de arqueología existe un absoluto secretismo sobre el alcance de los restos encontrados, que se esconden debajo de las casas de la actual civilización. La expropiación es una de las fórmulas para devolver al municipio unos restos que incentivarían el turismo cultural en una zona de gran riqueza arqueológica, tal y como solicita el PSPV, Bloc e Iniciativa. Pero las permutas son mecanismos utilizados por el Partido Popular que agradan más a los constructores. Ese es el dilema.
La oposición política acusó al gobierno local de negligencia, al no haber puesto ya en manos de Cultura las excavaciones, que están siendo supervisadas por el arqueólogo local con absoluto sigilo, y sufragadas por el constructor, tal y como figura en la normativa.
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