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El mayor atasco de la historia de Bilbao

Azkuna sostiene que el "fallo" principal fue que la constructora no comunicase el accidente

El concejal de Obras dice que se enteró dos horas tarde, pero que otros responsables lo sabían

El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, achacó ayer a la "falta de comunicación" por parte de las constructoras del puente cuya rotura causó el jueves el mayor atasco de tráfico de la historia de la ciudad la principal responsabilidad de lo ocurrido. "Se podría haber paliado si en vez de seguir trabajando se comunica lo que ocurría", recalcó. El también peneuvista José Luis Sabas, el concejal de Obras, área responsable del puente, no se enteró de lo que sucedía hasta dos horas después del accidente, reveló Azkuna. Sabas, en cambio, informó ayer a los grupos municipales de que poco después del siniestro, ocurrido sobre las seis de la mañana, responsables municipales y forales se hallaban al tanto y resolvieron cómo actuar.

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El día después del gran colapso, que afectó a decenas de miles de conductores, atrapados en atascos que llegaron a superar los 55 kilómetros, no sirvió para aclarar el porqué del monumental atasco, que paralizó la A-8 y el gran anillo de circunvalación de 35 kilómetros en torno a Bilbao. La rotura del puente y dos accidentes casi consecutivos en la A-68 y el puerto de Barazar llegaron a bloquear los accesos a la capital vizcaína durante cinco horas. Las retenciones persistieron en la zona del siniestro toda la jornada. En la madrugada de ayer quedó definitivamente retirada la pieza de 50 toneladas que se rompió y el camión que la transportaba.

La rotura de esta pieza del arco de un puente peatonal que se construye sobre la A-8 inutilizó tres carriles en dirección a Cantabria a la altura del barrio de Basurto. El suceso se produjo a las seis de la mañana y, ya con la llegada de la hora punta, el atasco se extendió como una mancha de aceite por todos los accesos viarios a la ciudad.

La Diputación de Vizcaya, encargada del mantenimiento de la A-8, mantuvo ayer silencio, especialmente en lo referido a los paneles informativos de la autopista, ninguno de los cuales alertó de las grandes retenciones. Ésta es una de las principales quejas de los automovilistas atrapados.

En el Ayuntamiento no hubo muchas más aclaraciones y sí algunas contradicciones. Azkuna aseguró que los principales responsables políticos, como el concejal de Obras, José Luis Sabas, no se enteraron de lo que ocurría hasta las ocho de la mañana. En cambio, el propio Sabas aseguró en la comisión municipal convocada en la mañana de ayer para explicar lo ocurrido que responsables del Ayuntamiento, la Diputación y las dos empresas constructoras -Pavisa, la adjudicataria, y Alvisa, a la que se subcontrató todo el montaje y construcción de la pieza rota- decidieron en el momento del accidente "de forma colegiada" cómo se debía actuar, según señaló el portavoz municipal del PSE, Txema Oleaga.

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Azkuna opinó que el "fallo" principal fue la falta de comunicación de las constructoras con los responsables del consistorio. "Tenían que haber sacado de la cama a las seis de la mañana al concejal de Obras, al de Seguridad, al director del gabinete y, si hace falta, al alcalde, porque entonces había tiempo de avisar a través de los medios de comunicación para que la gente coja el metro, el tren", dijo el primer edil.

Dos horas perdidas

A su juicio, todo ello "habría paliado bastante" el caos. "Es un fallo gordo que ocurre algunas veces con algunas averías", reconoció.

El alcalde afirmó que existe un protocolo de actuación para estas situaciones, que quedó invalidado porque los que "estaban allí" no les avisaron. "Perdimos dos horas fundamentales", asumió. Anunció que ahora se debe investigar la razón por la que "a los responsables políticos se les avisa tan tarde".

Negó que el puente peatonal se estuviese ejecutando "deprisa y corriendo" por razones electorales y rechazó la presentación de dimisiones que le reclamó la oposición en el consistorio bilbaíno. "Uno tiene que dimitir cuando no da la cara, comete negligencias o no pone los medios necesarios para solucionar problemas". Esos tres supuestos, incidió, no se han producido en este caso.

El concejal de Seguridad Ciudadana, Eduardo Maiz, afirmó que se enteró de colapso a las 7.20 en su domicilio -comprobó que la calle Autonomía estaba atascada, lo que es señal de que hay un problema en la A-8- y poco después fue avisado por el responsable de la Policía Municipal. Manifestó que desde las siete ya estaba en marcha el dispositivo de regulación del tráfico en el interior de la ciudad.

Azkuna admitió el alto coste económico del atasco: "Nos han preguntado cuánto puede ser, pero no tenemos ni idea. Esto no tiene precio. No hay dinero para pagar a un señor que no llega a su trabajo, a los niños que llegan tarde a la escuela o al que tenía que ir al médico". Como ya había dicho la víspera, reiteró que se ha abierto un expediente a la empresa constructora. "En poco tiempo sabremos cómo ha sido todo".

Imagen del gran atasco del jueves en la A-8 en la Margen Izquierda.
Imagen del gran atasco del jueves en la A-8 en la Margen Izquierda.SANTOS CIRILO

La prudencia de Pavisa

Pavisa es la adjudicataria del puente peatonal cuya rotura causó el colapso, aunque todas las tareas de construcción, transporte y montaje de la pieza que se rompió las había subcontratado a Alvisa, una firma de Huesca especializada en esas labores. Jon Uribarren, director gerente de Pavisa, se mostró ayer dubitativo al conocer las declaraciones del alcalde Azkuna en que culpaba su empresa. "Si lo ha dicho él, no voy a contradecir lo que dice el alcalde", señaló en declaraciones a la SER.

Al ser inquirido para que afirmase lo que pensaba, contestó: "Había unos técnicos que estuvieron allí en las operaciones y surgió este problema en el último minuto", se limitó a comentar. Uribarren, quien extendió las responsabilidades a la subcontrata Alvisa, negó que haya habido precipitación o prisas en la ejecución del puente peatonal. La adjudicataria calcula que al menos pasarán dos meses antes de que se pueda instalar la pieza rota y concluir así el puente, que se pretendía abrir en las próximas semanas.

La pasarela permitirá a los vecinos del barrio de Bentazarra tener una conexión directa con el centro de la ciudad. Azkuna aseguró que las presiones de los residentes y la existencia de una partida presupuestaria extraordinaria posibilitó acometer el proyecto.

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