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Las cofradías de Pontevedra recelan del plan para regenerar las rías

El goteo de vertidos en las rías gallegas, tanto de aguas fecales como de procedencia industrial, es uno de los caballos de batalla del sector marisquero que achaca a este factor, en gran medida, la inestabilidad de una profesión sujeta al resultado de muestreos periódicos. El Consello de la Xunta acaba de aprobar un plan de emergencia presupuestado en 14,5 millones de euros destinados a mejorar la calidad de las aguas y que ya ha encontrado a los primeros detractores.

Los cabildos de Raxó, Lourizán y Pontevedra manifestaron ayer su desconfianza ante este paquete de medidas. El patrón mayor de San Telmo, Miguel Pazos, sugirió la existencia de algún tipo de favoritismo en la distribución de las inversiones dirigidas a solucionar la ausencia de depuradoras en algunos de los puntos más críticos y a desarrollar acciones preventivas en aquellas otras aguas en las que un sistema deficiente podría llegar a modificar su clasificación. "Esto huele bastante mal", dijo tras adelantar que no irían más allá hasta que no analizasen el documento.

La reciente modificación en las zonas de extracción de las rías de Baiona, Pontevedra y O Burgo que han pasado de B a C, por lo que se les prohíbe la venta en fresco del producto, ha intensificado la crisis de un sector que, en casos como el de los pósitos del interior de la Ría de Pontevedra, se suma a los destrozos causados por las riadas del pasado otoño. Una fragilidad que favorece la consolidación del producto foráneo frente al autóctono en un mercado muy competitivo.

Pazos denunció que entre los bateeiros hay también cierta preocupación por la reclasificación de algunas zonas, ya que aunque la mayor parte de su producto va destinado a cocederos y conserveras sí podría repercutir en su cuota de venta en fresco cercana al 30% de la producción, unos 60 millones de euros en el caso del Consello Regulador Mexillón de Galicia. El presidente de este organismo, Ramón Dios, afirmó no tener constancia de que la reclasificación fuese afectar a ninguno de los polígonos de bateas.

585.000 euros

Otro de los frentes abiertos por los pósitos de Pontevedra y que podría acabar en movilización es la exigencia a la Consellería de Pesca del pago de 585.000 euros en el plazo de una semana. Pazos explicó que las mariscadoras han dedicado 11 jornadas este año a trabajos de regeneración en el banco de Combarro, afectado por las riadas, y "todavía están sin cobrar". Una situación que, según entienden, pone en juego el patrimonio de la lonja de Campelo, sujeta a una póliza de crédito, que agrupa las ventas de las tres cofradías.

"Estamos hartos de ir a todas las reuniones y tocar todas las puertas para no conseguir nada", señaló Pazos, que comunicará la próxima semana la decisión que tomen las mariscadores en asamblea sobre la opción de seguir negociando o tomar la calle.

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