¡Basta ya!
Pensaba que no se iban atrever a tanto y que, para intentar lavar su imagen de depredadores del territorio, al menos hasta las elecciones iban a dejar en un cajón los proyectos más desmesurados. Esto explicaría toda la propaganda del "urbanismo sandía" de estos meses. Pero no; se atreven a todo. O porque les da igual, o porque saben que van a perder e intentan asegurar los últimos negocios.
No sólo guardan silencio, cómplice, ante continuas aprobaciones municipales de planes desmesurados, como los de La Vila Joiosa, Santa Pola, Xixona... No sólo no han aprobado el Plan del Litoral, presentado a bombo y platillo hace un año, -¿quedará algo que proteger cuando se apruebe?- ni tampoco el Plan de Protección de la Huerta, prometido por González Pons para 2006. Para colmo ahora, como regalo en el remate final por liquidación del negocio, nos dejan Gran Manises y Nou Mileni de Catarroja, dos PAI que son sendas ciudades de 30.000 y 36.000 habitantes, para un solo urbanizador, sin plan territorial previo, sin Plan General y sin informes básicos como los de carreteras, aviación civil o disponibilidad de agua.
Gran Manises y Nou Mileni de Catarroja no sólo son una ilegalidad, sino que constituyen una de las barbaridades urbanísticas más increíbles.
Es una ilegalidad flagrante. Porque es ilegal aprobar un PAI, que ocupa medio término municipal de Catarroja o que crea una ciudad más grande que la actual de Manises, sin tener previamente aprobada dicha previsión en el Plan General. En ninguna norma legal está permitido; y está expresamente prohibido en el artículo 54.2.b de la LRAU, según la cual se ha tramitado. Es lógico, porque choca contra las bases mismas del urbanismo: ¿cómo va a ser legal aprobar un PAI, que es un plan de desarrollo del Plan General, sin tener aprobado primero el Plan General que es el que tiene que desarrollarse mediante los PAI?
No sólo lo decimos nosotros; hace poco lo afirmaba con rotundidad nada menos que F. Modrego, ex conseller de Medio Ambiente del PP, a propósito de un PAI similar como es el de Rabassa: "Es la antítesis del urbanismo. Los tribunales al final se cargarán este proyecto y con razón".
Porque son ilegales las empresas mixtas que hacen de urbanizador en uno y otro caso, de capital mayoritario privado pero presididas por el conseller. No lo digo yo; lo explica con rotundidad un sólido dictamen de uno de nuestros mejores catedráticos de Derecho Administrativo, emitido a solicitud del Ayuntamiento de Albal. Porque estas empresas mixtas se constituyeron sin la publicidad legal mínima y a medida de unos empresarios privados y, sobre todo, porque contradicen las normas básicas de la libre competencia: quién va a poder competir en un concurso con el PAI de una empresa que preside el propio conseller ... y que ahora va a aprobarse a sí mismo, pero en beneficio de un particular que tiene la mayoría del capital, el PAI y su estudio de impacto ambiental (es el "urbanismo de Juan Palomo").
Es una barbaridad urbanística. "Cualquier nuevo desarrollo urbanístico tiene que tener un estudio previo del territorio". La frase no es mía ¡sino de González Pons hace unos meses! Y ahora aprueba, sin "ponerse colorado", dos nuevas ciudades de más de 30.000 habitantes, mucho más grandes que las actuales de Manises y Catarroja, sin ningún estudio territorial previo...
Es una barbaridad urbanística porque una ciudad entera no se puede hacer con un PAI. ¿Por dónde van a entrar y salir esos miles de personas de Nou Mileni, que ninguna trabajará allí mismo porque es una ciudad sólo dormitorio? No en tren, porque queda muy lejos de la estación de Catarroja. No en coche particular porque la Pista de Silla y la CV-402 están ya saturadas. ¿Acaso todos en el tranvía que algún día, no se sabe cuándo porque no está aún ni proyectado, dicen que llegará hasta allí? ¿Para la atención sanitaria especializada, tendrán que ir esos miles de nuevos habitantes al Centro de Monteolivete, como los de Catarroja hoy? Nada se dice; nada se sabe. ¿Quién proporcionará la seguridad para esos 36.000 nuevos habitantes? ¿Está prevista y comprometida la Comisaría y los policías nacionales que se necesitarán? ¿Tiene acaso previsto el Ayuntamiento de Catarroja duplicar la policía local dado que va a más que duplicar su población? Preguntas similares se pueden hacer para Gran Manises.
Todos estos servicios, tan imprescindibles en unas ciudades de más de 30.000 habitantes, no están previstos. Porque eso no se resuelve en un PAI, sino en un Plan Territorial, que no se ha hecho, y en un Plan General Municipal ¡que se está haciendo a posteriori y "a la carta" de los intereses de estas empresas!
Una ciudad entera hecha al margen del planeamiento es una fuente inagotable de problemas futuros para el territorio y para los ciudadanos, los que viven allí y los que viven cerca. Y ponerles remedio después es mucho más costoso... y con frecuencia casi imposible
La VPO como excusa. Lo peor es que utilizan como excusa -y propaganda de esta barbaridad- el que van a hacer miles de viviendas protegidas, la mitad, dicen, del total de viviendas. Resulta poco creíble: porque no las han hecho en 12 años de gobierno; porque tanto en Catarroja como en Manises han vendido solares públicos -¡decían que no hacía falta VPO!-; y porque en ambos PAI no aparecen grafiadas, calificadas y reservadas parcelas concretas para VPO ni especifican de qué tipo de viviendas protegidas se trata.
Y es una burda excusa, porque para hacer VPO no necesitan ni empresa mixta de mayoría privada ni hacer miles de viviendas de precio libre, de las que ya hay de sobra en el mercado. El IVVSA podría actuar como urbanizador directo y hacer sólo VPO, sin destrozar así tanto territorio. Para eso precisamente se creó el IVVSA. Aunque claro, así no quedaría garantizado un suculento negocio a su socio privado mayoritario elegido a dedo.
Por cierto, se trata del mismo argumento que utilizaron en los años 60 los falangistas de Girón en el Ministerio de Vivienda para hacer barrios enteros al margen del planeamiento, en medio de la huerta y sin servicios públicos... que ha costado luego décadas y millones de inversión intentar arreglarlos.
Con la aprobación de Nou Mileni de Catarroja y la anunciada de Gran Manises, Camps se ha quitado del todo la careta. Al final, el "urbanismo sandía" de González Pons, lleno de palabrería seudoecologista, aprueba los proyectos depredadores de Blasco. Porque son los proyectos de Camps, la misma política de depredación acelerada de nuestro territorio.
Nuestro territorio es demasiado frágil y demasiado importante para el futuro de los valencianos para que el gobierno de Camps siga actuando en él como si estuviera jugando al Monopoly. Barbaridades como ésta de dejar caer del cielo dos nuevas ciudades de golpe y porrazo, sin estudio previo ni plan alguno, pueden suponer, si los ciudadanos no lo paran ya con sus votos, una hipoteca terrible para nuestro futuro que pagaríamos todos. ¡Basta ya!
Eugenio L. Burriel es Secretario de Territorio y Vivienda del PSPV.
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