Las fiestas en Valencia podrán llegar a los 90 decibelios de ruido
La comisión del ruido del Ayuntamiento de Valencia acordó ayer fijar en 90 decibelios la contaminación sonora permitida en las futuras ferias y fiestas de la ciudad. El límite quedará fijado en la próxima ordenanza municipal de ruidos y vibraciones, pendiente de su aprobación definitiva desde hace más de un año. El concejal responsable del texto, Ramón Isidro, descartó que la nueva normativa quede aprobada en los próximos plenos municipales.
Isidro achacó el pasado martes al "necesario consenso" la interminable aprobación del nuevo marco que debiera acabar con el problema de la contaminación acústica en Valencia. "Igual que nos excluyen para lo bueno, nos meten en el saco para lo malo", respondió la concejal socialista Carmen del Río para negar la excusa del Ayuntamiento. "La excepcionalidad de algunos barrios", "la necesaria participación de los 14 jefes de servicio" o "el agobio durante las Fallas". Isidro esgrimió todo tipo de factores para justificar la tardanza en la elaboración de la norma.
El último punto de la ordenanza, tratado ayer, bajó el límite del ruido para las comisiones falleras de 130 a 90 decibelios. Del Río solicitó la exclusión de los días previos a las fiestas entre la excepción. Pero esa opción quedó descartada. La concejal socialista advirtió de que los 90 decibélios aceptados "puede que no sean tan maravillosos si tenemos en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud" que sitúa en 65 el nivel de ruido soportable. El borrador de la ordenanza mantiene la opción de las declaraciones ZAS para aquellos entornos especialmente ruidosos, que el Ayuntamiento sólo ha aceptado por sentencia.
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