El metal de la trompeta

Oye uno Palha y se hace una especie de silencio reverencial. De pronto es presencia un torazo grande, alto, largo, cornalón y un eco de ferocidad penetra en el ambiente. Dice uno Palha y es como decir Miura en portugués. Pero más eufórico, con esa cosa regia tan de allí. Sin embargo Palha ya no es aquel. Ayer salieron ajustados, flojeando y manseando. Decían que, tras las sangres de Ibán y de Oliveiras, ahora embisten, no atacan. Las tres pasadas ferias de abril lo avalaban, su requerimiento en Francia lo confirmaba y el ramillete de premios con que se vino de Sevilla en 2006 avivaba el ánimo. Pues no fue así.

Salió el 1º y no sabemos por qué se puso de rodillas junto a tablas, de pronto Encabo, para agradar, si hasta la tercera verónica, sobria y ajustada, no oyó el "bien" de aprobación. La cabeza inmóvil, fija en el peto de Lozano, que picó en lo alto, solo fue un indicio. Cedió los palos al mostoleño y ambos estuvieron fáciles, sin más; sin embargo Andrada se lo llevó de lujo a una mano al burladero. "Hay toro, hay toro", musitó una chaqueta y el bicho, que lo oyó en el silencio, obedeció, sin convicción, a las series de naturales. Luego, con más distancia, siguió el trapo por la derecha y se apagó. En el 4º no pasaba nada. Tímidas palmas en banderillas. Pero empezó a ir con codicia a la muleta y ahí el complutense no supo estar. Toro de templar y mandar. Y el toro puso el ritmo y el mando. No se halla Luis Miguel en Sevilla.

Se arrancó el 2º de lejos al caballo y lo cuidó sin candelearle Herrero. Llevó Formosito un quite por chicuelinas ceñidas y con garbo de Iván y después apretó a Gil y a Hernández en sus pares: ambos tuvieron que tomar el olivo. De modo que Domingo echó a la arena la montera y se fue a por él. Tranquilo, disfrutando del silencio, se doblaba y alguien no pudo más y le gritó ¡háblale!. Se había nublado sobre la Maestranza y en el cielo difuso se recortaba la Giralda y dos grúas, como una divisa de la prosperidad. También se difuminó la embestida del Palha, que se quedaba, obligando a Chaves a exponer en un alarde desmesurado de valor, forzando la embestida. Sonaba un aviso cuando se vació encima, por derecho, de un estoconazo y el morlaco lo prendió en los cuernos con violencia. Milagrosamente se levantó y caía el toro entre un mar de pañuelos que el presidente no tuvo en consideración. Pero la vuelta fue de alboroto.

Al 5º Francisco González le hizo recorrer 30 metros con la vara puesta. Mandón y quieto empezó con la franela el salmantino y en seguida lo sometió, tenso y espatarrado. Con la izquierda el toreo, pese a los enganchones, tuvo más verdad y más temple. Y la sabia afición sevillana así lo vio. En la 3ª serie se quedaba, y Domingo, estoque en mano, marró 2 veces hasta acabar con él. Tras la ovación, la gente escuchaba las notas de metal de la trompeta.

A su primero Iván le ganó el terreno estirándose bien y sellando con buen son se lo llevó a Remache que, en exceso, lo castigó en su sitio. Tras devolver la oferta en palitroques, en los que lo reseñable fue la banda, lo sacó a los medios donde, entre punteos y derrotes, consiguió algunas sumisiones de un bicho que no se dejaba encelar. En cuanto fue a buscar la de verdad ya se había largado a toriles y hubo que perseguirle como a un lagarto hasta que le metió, sin convicción, los aceros. En el último, se fue a poner pares que nadie le pidió, pero volvía a sonar la trompeta y el público lo agradecía respetuoso, con esa sensibilidad sabia del sur. Un resbalón de García, un desarme, algún natural cansado, y con esto y un bizcocho

- LA CORRIDA DE HOY. Toros de Victorino Martín para Pepín Liria, El Cid y Salvador Cortés. Digital+ retransmite el festejo a las 18.30.