"Internet acaba con el soporte físico de la música"

Mikel Erentxun (San Sebastián, 1965) reconoce su relación de amor y odio con la tecnología: "Renegaba, pero acabé sucumbiendo. Cuando me licencié en Arquitectura", explica el cantante, "fui el único de la promoción en hacer todos los planos del proyecto de final de carrera en Rotring", pero ahora tiene, en plural, ordenadores, iPods y cámaras digitales, y cambia de móvil cada tres meses. Además, espera impaciente su "próximo objeto de deseo": el iPhone.

Pregunta: ¿Para qué más de un iPod?

Respuesta: Tengo uno pequeñito para correr, en el que suelo meter unos 10 discos en función aleatoria, un tocho de 80 GB con mi discografía favorita y otro, que es el que suelo llevar también para viajar, que es como transportar la biblioteca de casa.

P. ¿Para qué emplea el ordenador?

R. Para temas de fotografía; me encanta la imagen digital y el ordenador me va perfecto para almacenar las imágenes. Y también uso mucho el correo.

P. ¿Habla con sus fans?

R. Sí, en mi foro. Es un buen pulso en directo de tu trabajo. Por ejemplo, saco un vídeo y al día siguiente ya tengo 40 entradas comentándolo...

P. ¿Viaja con portátil?

R. Sí, es genial llegar a la habitación del hotel y abrir el ordenador. Es como seguir en casa, estoy en paz, escucho mi música... y puedo consultar el resultado de la Real Sociedad si estoy en Londres.

P. ¿PC o Mac?

R. Soy fan de Mac y de Apple. Odio los PC, me pierdo, me sobran botones.

P. ¿Compra por Internet?

R. No me fío del todo de dar la Visa, pero ahora tengo una tarjeta sólo para esto y me he comprado unos pedales de guitarra en un portal alemán y unas cuantas cazadoras de cuero, porque las colecciono.

P. ¿Qué tal con el móvil?

R. Ahora tengo el Nokia N73, que me va muy bien, con la cámara de tres megapíxeles, la agenda, etc. Y lo utilizo para grabar ideas con el micro, mi móvil está lleno de bocetos ahora mismo.

P. Hay muchas descargas gratuitas de El corredor de la suerte, su último disco...

R. Internet está acabando con la música, al menos tal como la conocemos, en soporte físico. Nos quedan un par de años de muerte agónica y después habrá que pensar entre todos una nueva forma de vender música.