La promotora de Tomiño asegura que busca la "sostenibilidad del medio rural"
La empresa quiere expropiar monte protegido para construir campos de golf y 800 chalés
La empresa Raminosa SL, promotora de la urbanización Coto Pinzás sobre una superficie de monte protegido de dos millones de metros cuadrados de Tomiño, sostiene que el complejo incrementará el nivel de vida en este municipio hasta igualarlo a la media de Galicia, según el estudio de impacto medioambiental que está sometido actualmente a exposición pública en el ayuntamiento. El desarrollo de esta urbanización incluye, por primera vez en Galicia, la expropiación de 90 hectáreas adquirido a los comuneros de Pinzás a 6 euros el metro cuadrado.
Se prevé construir 800 chalés, dos campos de golf y otros espacios deportivos, así como un centro comercial y servicios de hostelería. Los técnicos de las consellerías de Cultura, Medio Ambiente y Medio Rural están elaborando sus respectivos informes, a solicitud de la empresa promotora y del ayuntamiento. Sólo Política Territorial tendrá que esperar a que el ayuntamiento envíe el expediente, una vez que haya aprobado provisionalmente la modificación del planeamiento para que previamente informe la Comisión Superior de Urbanismo.
El estudio de la empresa señala que, además de sacar a Tomiño de "su relativo aislamiento", también "busca la sostenibilidad del medio rural, evitando la pérdida de contingente humano y fomentando la utilización del territorio conforme los valores productivos que optimicen la renta de la tierra". La empresa asegura "la pervivencia de una naturaleza que la hace atractiva para los que buscan una relación más directa con el medio", y que la industria del ocio es la que puede ofrecer mayores expectativas.
También argumenta que Tomiño "se caracteriza, desde el punto de vista socioeconómico, como un área relativamente apartada de la evolución, de la modernización de la sociedad, de forma que las principales características que definen su economía es su vocación eminente agrícola y maderera". "En nuestro criterio, Tomiño representa una sociedad local que no ha aprovechado hasta el momento el impacto transformador de las autopistas que lo rodean y las condiciones ambientales de sus comarcas interiores aisladas y tan ricas en paisaje como pobres en suelo, donde la silvicultura, como único recurso económico de la tierra, ha dejado de tener fundamento", añade el estudio.
El presidente de la organización gallega de Comunidades de Montes, José Alfredo Pereira Martínez, se opone frontalmente a la expropiación del monte de Pinzas para urbanizarlo con el pretexto de utilidad pública e interés social. "Qué mayor interés social puede haber si el monte es el sumidero de CO2. ¿Lo vamos a destruir por la presión de las inmobiliarias?", se pregunta.
Para Pereira el monte tiene que ser productivo y convertirse en una gran empresa cooperativa: "Hay que evitar que el dinero de las inmobiliarias sea tentador y no podemos darle ese uso porque en realidad, es una usurpación de los terrenos para los intereses particulares de los promotores. Un robo descarado al precio que lo pagan".
La organización presentó alegaciones a la modificación del planeamiento de Tomiño y está preparando ahora las que presentará al estudio de impacto ambiental que aportó la empresa. "Esto abre una puerta peligrosa, pero la respuesta está en manos de la Xunta y confiamos en que la solución nos beneficie a todos", afirma.
Pereira cree que hay un cambio de actitud en la Administración para que las estadísticas empiecen a dar la vuelta. "Somos unas 3.000 asociaciones declaradas, pero funcionan apenas 500 para una masa forestal de 630.000 hectáreas, de las cuales casi 100.000 se quemaron el pasado verano, mientras las familias que viven del monte pertenecen a la población más deprimida de Galicia". Para el BNG de Tomiño el proyecto no verá la luz por ilegal. "Tenemos que evitar que este municipio sea víctima de la especulación, porque ya sabemos que esta zona es un bocado muy apetecible para las inmobiliarias", apunta la edil Sandra González.
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