Festín de mariscos gallegos en Barcelona
MONDO, nuevo multiespacio con restaurante de cocina creativa, bar de copas y zona 'lounge'
Una macroterraza de diseño situada en la segunda planta del Imax, sobre el mismo puerto de Barcelona, alberga este restaurante-club de vistas privilegiadas, contiguo a un local de copas. Espacio polivalente con pocos meses de actividad, en el que cuatro socios -dos de ellos, Borja y Juan Carlos Iglesias, responsables del restaurante Rías de Galicia- intentan ofrecer una comida singular basada en el binomio producto-creatividad a partes iguales. En esencia, pescados y mariscos que se enorgullecen de recibir directamente desde las lonjas gallegas, que se someten a preparaciones elementales y a los que aplican toda su imaginación para conseguir platos aparatosos, estéticamente deslumbrantes.
MONDO
Moll d'Espanya, s/n. Barcelona. Teléfono 932 21 39 11. Cierra los domingos por la noche, y los lunes y martes al mediodía. Entre 80 y 100 euros. Pulpo gallego, 20. Merluza con almejas, 28. Lomo de vaca rubia gallega, 28. Hojaldre de frutos del bosque, 10 euros.
Pan ... 6
Café ... 6
Bodega ... 7
Ambiente ... 7
Aseos ... 4
Servicio ... 4
Si no fuera porque los productos son buenos, podría pensarse que se trata de uno de esos restaurantes de moda (informal dining-casual dining) que tanto proliferan en las grandes ciudades españolas. De entrada, su servicio actúa de manera tan torpe (desatención del cliente en el servicio del agua y el vino, confusión en la adjudicación de platos) que las negligencias de la sala incitan a suponerlo. Y ello en un local cuyas facturas rondan los 100 euros por persona. ¿Cuáles son sus méritos? Sin duda, la calidad de las materias primas y la sencillez de unas preparaciones que, en general, resultan agradables. No es lógico que sea de otra manera en una carta en la que los productos principales se reseñan con negrita para destacar su notoriedad dentro de las propuestas.
Resultan magníficos los gruesos tentáculos de pulpo tratados a baja temperatura en compañía de pequeñas esferas de aceite (técnica de Ferran Adrià), a los que perjudican unas patatas de sabor extraño. Son espectaculares las navajas asadas, a las que no benefician unas alcachofas con intenso gusto a limón, y no dan la talla los berberechos al vapor, algunos con arenilla. Mejor suerte corren las verduritas hervidas (zanahorias, calabacines, espárragos) a pesar de que la presencia de las setas sea abrumadora. Reproches que desaparecen en el taco de merluza con huevo y habitas, pero que vuelven a rebrotar en el chuletón de vaca gallega aderezado con crema de piquillos, bastante discreto.
'PIÑA COLADA' O 'DRY MARTINI'
MONDO, CUYO interiorismo juega con los tonos blancos y rojos y su ambientación cambia radicalmente de la noche al mediodía, alberga una sucesión de salones privados, zona lounge, barras de cócteles-bar, así como zona de copas en espacios contiguos al propio restaurante. Incluso dispone de una sala especial patrocinada por el champán Krugg, donde se sirven menús escogidos en compañía de las famosas añadas de esta marca. En calidad de club de copas (de jueves a domingo), se ofrecen cócteles conocidos: dry martini, manhattan, piña colada, bloody mary, margarita, negroni, san francisco.En apartado independiente, dentro de la misma carta, figuran productos en estado puro (jamón ibérico, almejas crudas, espardeñas a la plancha, ostras, gambas a la plancha) que ratifican el espíritu selectivo. Los postres no modifican la percepción del restaurante. Se trata de dulces refinadamente convencionales que aunque no suscitan entusiasmo, tampoco desmerecen. Es muy refrescante la sopa fría de melón con gominolas de cítricos, y pasa sin pena ni gloria el símil de tiramisú elaborado con mató (queso) de vaca, crema de café, vino moscatel y bizcocho. En la lista de vinos, gravada con márgenes excesivos, figuran algunas botellas francesas y españolas de precios estratosféricos.
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