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Kosovo pone a prueba a Europa

La UE intenta evitar una nueva fractura a causa de la independencia de la provincia serbia

La Unión Europea prepara un frente unido ante la fase final de las negociaciones sobre el futuro de Kosovo, sabedora de que Rusia es la pieza clave para dar al conflicto una salida que tendrá un impacto crucial en el mundo. A partir de la premisa de que "cambiar las fronteras no es bueno", una Europa en la que se han manifestado diversas sensibilidades busca una solución pactada para Kosovo, hoy una provincia serbia bajo administración internacional. Pero todavía no sabe qué quiere Rusia ni cómo satisfacer sus reclamaciones.

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Martti Ahtisaari presentó el pasado día 3 ante el Consejo de Seguridad su plan para conceder una "independencia supervisada" a Kosovo. El documento no tuvo la mejor de las acogidas, con Rusia haciendo sonar las voces más críticas. Los europeos, tanto en la UE como en la OTAN, apoyan al emisario del secretario general de Naciones Unidas, pero para disimular sus diferencias prefieren hablar del proceso desarrollado por Ahtisaari en vez del plan propiamente dicho.

Países como Grecia y Rumania recelan del proyecto, mientras que el Parlamento de Eslovaquia se ha manifestado contra una "independencia absoluta e ilimitada" para Kosovo. En el otro extremo figuran países como Reino Unido, Bélgica y Holanda, firmes partidarios de la independencia. Están alineados con Estados Unidos, que ya habla de la independencia como un hecho consumado. España se encuentra entre ambos extremos, preocupada porque se pueda hablar de disgregación de países en Europa, "que el mapa de Europa cambie cada año, que en las escuelas se vean aparecer nuevos Estados", en palabras de Alberto Navarro, secretario de Estado para Asuntos Europeos.

En la reciente reunión informal de ministros de Exteriores comunitarios en Bremen (Alemania), se acordó presentar un frente de unidad. Europa quiere aparecer unida ante el frenético vaivén diplomático que ya se ha puesto en marcha. El ministro de Exteriores serbio, Vuk Draskovic, ha viajado a Suráfrica, miembro de turno en el Consejo de Seguridad, para exponer los riesgos de aprobar el plan, basado en la unidad étnica, para un continente con trazado artificial de fronteras.

Pero ningún escollo tan difícil como Rusia, con su derecho de veto. "Si Rusia se planta, China se planta", vaticina una fuente europea. En Kosovo avisan de que el Gobierno albanokosovar declarará unilateralmente la independencia si no hay acuerdo en Naciones Unidas, porque como dice Washington, "la cuestión no es si hay independencia o no, sino si es controlada o violenta".

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