Funcionarios coruñeses seguirán acampados hasta las elecciones
Más de 24.000 firmas respaldan su demanda de aumento salarial
"A Coruña , día 31, resistimos". La frase escrita a mano en una pancarta colgada de una farola domina el campamento que parte de la plantilla del Ayuntamiento de A Coruña, en su mayoría bomberos y policías, mantienen en pleno centro de la ciudad, ante el Obelisco de los Cantones. Y anuncian que resistirán hasta las elecciones del 27 de mayo, el plazo dado por el gobierno local para retomar las negociaciones.
Reina el buen ambiente y la solidaridad en la acampada, acordonada por pancartas reivindicativas que incluyen fotografías del alcalde, Javier Losada, su antecesor, Francisco Vázquez, y también nóminas de agentes locales de otras ciudades para mostrar la diferencia salarial con sus colegas de A Coruña: éstos cobran una media de 1.400 euros mensuales frente a los 1.558 de un policía de Ribadeo (Lugo); 1.419 en Arteixo; 1.832 en Ourense o 1.650 en Zaragoza.
Las retribuciones, sobre todo de los más bajos en el escalafón -conserjes, ordenanzas y subalternos- así como la escasa valoración de los puestos de trabajo están al origen de las protestas iniciadas en febrero de 2006 por los cuatro sindicatos de la Junta de Personal (CSIF, UGT, CCOO y CIG). Unos 250 de los 1.200 empleados municipales cobran menos de 1.000 euros mensuales. El conflicto se fue enquistando por la falta de diálogo, y los representantes sindicales, salvo UGT -que firmó hace un año un acuerdo con el gobierno local- se mantuvieron en sus trece, alentados por las sucesivas tandas de expedientes abiertos contra bomberos y policías por sus sonoras protestas en actos públicos del alcalde
En este primer mes de acampada en el corazón de la ciudad, los funcionarios recogieron ya 24.000 firmas de apoyo a su protesta. Levantarían de inmediato el improvisado acuartelamiento si el equipo de Losada accediese tan sólo, destacan, a sentarse a negociar. Pero hace 15 días, el gobierno local rechazó estudiar cualquier incremento salarial alegando falta de presupuesto y aplazó hasta después de las municipales la apertura de conversaciones.
La semana que viene hay elecciones sindicales para renovar la Junta de Personal. Los candidatos son los mismos que hoy mantienen la protesta, que realizan por turnos para no desatender sus trabajos. Ya no duermen a la intemperie como al principio -hubo carga policial la primera noche para quitarles las tiendas de campaña- pues lograron montar con plástico negro un bajo techo. Y están, dicen, tramitando los permisos municipales pertinentes para la instalación de sillas y mesas en la acera donde atienden a ciudadanos y curiosos que se acercan en busca de información. Los funcionarios elogian la reacción espontánea de la gente, que incluso les trae comida.
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