Cuba prohibida
Probablemente poco tenía que ver, pero la negativa de las autoridades cubanas a conceder el visado para que el periodista de televisión Javier Sardá viajara a Cuba a grabar un parte de su nuevo programa es la primera mancha que se produce en las relaciones entre Madrid y La Habana tras el polémico viaje del ministro Moratinos y dos de sus secretarias de Estado a la isla. Si ése es el primer fruto, quiere decir que el régimen castrista le ha tomado el pelo al ministro español con la institucionalización de un diálogo privilegiado tanto en materia económica como de derechos humanos. Mala publicidad se ha atraído el régimen con esta negativa, pues da la impresión que poco ha cambiado desde que Raúl Castro asumiera la presidencia del país, a raíz de la enfermedad de su hermano y líder de la revolución, Fidel.
El Ministerio español de Exteriores parece haberse desentendido de este caso que no ha pasado por sus mesas sino directamente por la Embajada de Cuba en Madrid. Algunos de los propios periodistas que iban a cubrir el viaje de Moratinos tuvieron que renunciar a ir ante la tardanza en la concesión del visado. Es propio de las dictaduras estos retrasos que a veces sustituyen a un rechazo formala la concesión de los permisos.
La razón de la denegación del visado a Sardá, según Telecinco, la cadena que va a emitir el nuevo programa, es que el periodista criticó hace varios años al régimen castrista en sus Crónicas marcianas. Como el régimen se ponga así, no dejará que nadie vaya a Cuba. En todo caso, Sardá ya ha tenido que cambiar de planes. Viajará a Cuba cuando "se haya convertido en un país libre". De momento, tiene otros destinos, entre ellos China, donde no le han planteado este tipo de objeciones.
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