El ahorro familiar cae al 10,1%, el nivel más bajo desde 1999, por la inversión en vivienda
Sólo las administraciones públicas y la banca mostraron capacidad de financiación en 2006
Las familias ahorran cada vez menos. El año pasado sólo consiguieron conservar el 10,1% de su renta disponible, el nivel más bajo desde 1999. Son datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que no cuenta con cifras anteriores a esa fecha. La cantidad de ingresos que se destina a la compra de vivienda y el buen ritmo del consumo explican ese porcentaje, cinco décimas inferior al de 2005. Frente al endeudamiento de las familias y las empresas, las arcas públicas, los bancos y las cajas consiguen ingresar más de lo que gastan.
La renta bruta de las familias aumentó un 6,8%, pero más lo hizo su gasto (7,4%). Como resultado, la tasa de ahorro se redujo. La inversión, fundamentalmente en vivienda, fue el elemento con mayor subida, un 11,9% respecto a 2005. Como resultado del esfuerzo que los hogares tienen que realizar para adquirir una vivienda, la necesidad de financiación de este sector suma 21.958 millones de euros, un 2,2% del producto interior bruto.
Ésa es la tendencia que ha prevalecido en los últimos años, que ha impulsado el ahorro a la baja desde 2003. Mientras el dinero que las familias destinan a este fin ha ido menguando, las administraciones públicas atesoran por segundo año consecutivo un nutrido superávit. El excedente de las arcas públicas (1,8% del PIB) se acerca precisamente a la cantidad que las familias deben (el 2,2%).
Bonanza fiscal
El INE explica que ese aumento de la renta de las administraciones públicas obedece al incremento de los impuestos percibidos, tanto los ligados a la producción como los de la renta y el patrimonio. También a las cotizaciones sociales que pagan empresarios y trabajadores por el empleo, que ha mostrado un gran dinamismo en los últimos ejercicios.
Los datos del cuarto trimestre de 2006 reflejan una cierta recuperación de la capacidad de ahorro de los hogares. En la última parte del año llegó al 16,2% de la renta disponible, dos puntos más que en el año anterior. Ese cambio se explica por varios motivos. En primer lugar, las rentas de la propiedad recibidas por las familias (pagos de dividendos, intereses, plusvalías...) superaron las abonadas (intereses por préstamos...). Esto puede indicar, por ejemplo, que las familias han decidido vender acciones que poseían en Bolsa y han aumentado la remuneración que reciben por suscribir depósitos.
Además, la inversión, que lleva años disparada por el aumento de los precios de la vivienda, ha comenzado a moderarse, aunque levemente. Esa tendencia coincide con la apuntada por el Banco de España, que destaca la moderación en el ritmo de concesión de créditos para adquirir vivienda en los últimos meses. No obstante, los expertos del INE descartan que pueda hablarse de un cambio de tendencia en el ahorro de los hogares. Y es que, aunque el volumen total de préstamos que se solicitan crece menos, el interés que se abona por cada hipoteca aumenta, pues los tipos de interés están subiendo y se trasladan al Euríbor, el indicador de referencia para las hipotecas, que alcanzó el 4,106% en marzo. Ese dato, que tendrá que confirmar el Banco de España en los próximos días, es el más alto desde agosto de 2001.
Al igual que las familias, las empresas no financieras tienen cada vez más necesidades de financiación. La renta disponible de este sector se redujo el año pasado un 5,3%, pese a la buena marcha de sus ingresos. Esto indica que las empresas están destinando buena parte de su excedente a invertir, una idea que casa con los datos de inversión en bienes de equipo, los más representativos de esa tendencia.
Son las empresas financieras (bancos, cajas...) las que mejor paradas salen. Junto al sector público, es el único de la economía que muestra capacidad de financiación (en este caso, un 0,7% del PIB).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.