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Mueren en Afganistán siete soldados de la OTAN en una de las jornadas más sangrientas

Seis canadienses fallecieron al explotar una bomba colocada en la carretera contra su convoy

Andreu Missé

Seis soldados canadienses de la OTAN perdieron la vida ayer en la provincia de Kandahar, al sur de Afganistán, cuando su vehículo fue alcanzado por una bomba colocada en la carretera. Se trata del incidente más grave desde el 3 de agosto, cuando cuatro soldados, también canadienses, perdieron la vida en la misma zona. La OTAN, que cuenta con 37.000 efectivos desplegados en el país (690 españoles están en Herat, al oeste), ha lanzado junto al Ejército afgano una vasta ofensiva de primavera contra los talibanes.

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El atentado fue confirmado por el Ministerio de Defensa canadiense, que en su página web explicaba que los seis soldados murieron y otros dos resultaron heridos, uno de ellos grave, al explotar una bomba cerca de su vehículo al oeste de la ciudad de Kandahar. Canadá tiene su principal base en esta provincia, y lleva, junto a Reino Unido y EE UU, el peso en las acciones de combate de la OTAN, tanto en el sur como en el este afganos, cerca de la frontera paquistaní. Con éstos, 51 militares canadienses han muerto en Afganistán desde su despliegue en 2002.

Un séptimo soldado de la Alianza perdió la vida ayer, también en el conflictivo sur, en un segundo atentado, aunque no se ha informado de su nacionalidad ni del lugar exacto del ataque.

El de ayer es el atentado más sangriento contra las fuerzas de la OTAN en Afganistán en nueve meses. El método empleado es una copia de los utilizados en Irak desde el verano de 2003, y que con cada vez mayor frecuencia se están exportando a Afganistán. El uso de minas y explosivos de fabricación casera y el empleo cada vez más frecuente de conductores suicidas son métodos de la insurgencia iraquí, y una fuente de preocupación para los mandos de la OTAN.

Cerca de 4.500 soldados de la Alianza y otros mil del Ejército afgano participan desde el pasado mes en la Operación Aquiles en Helmand contra los talibanes y para la erradicación del cultivo de opio, del que se financian. Este grupo integrista próximo a Al Qaeda (dio cobijo a Osama Bin Laden tras los atentados del 11-S en EE UU) fue expulsado del poder a finales de 2001 por una coalición encabezada por Washington.

Los talibanes reaparecieron con fuerza el año pasado en el sur del país. Más de 4.000 personas perdieron la vida en ese año, de los cuales la cuarta parte eran civiles

La Operación Aquiles tiene un doble objetivo. Uno militar, impedir que los talibanes constituyan una línea de frente más o menos estable en este territorio, lo que les permitiría establecer una zona liberada que facilitaría los movimientos de sus guerrilleros, y otro económico. La OTAN intenta desplegar iniciativas de desarrollo social dirigidas a la población civil para evitar su incorporación a las milicias talibanes.

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