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Reportaje:

Tiempos boyantes para las ventas de arte

Las casas de subastas baten récords en las sesiones que organizan en España

Marc Glimcher, presidente de PaceWildenstein, una de las galerías más antiguas y prestigiosas de Nueva York, coincide con Hélène Montgomery, directora general en España de Sotheby's, en que el arte es sólo un reflejo del mundo. ¿Y qué ocurre en España? "Es un país muy joven", dice Montgomery, "que acaba de despertar al mundo del coleccionismo tras 40 años de silencio".

En la filial española de la otra gran casa de subastas, Christie's, no salen de su sorpresa. El volumen de ingresos en sus subastas -que celebra una vez al año en Madrid desde 2004- rompió el año pasado todos los diques. En su debú ingresó cuatro millones de euros, y en 2005 la cifra se duplicó. Pero nadie en la casa se imaginaba lo que sucedería en 2006, un ejercicio verdaderamente extraordinario en el que alcanzaron los 15,2 millones de euros de ventas. Y sólo de arte español.

¿El récord? La rara y delicada obra El casino de París, de Anglada Camarasa, pintada en la época de esplendor del artista (que coincidió con su etapa parisina): su precio de salida fue de 250.000 euros y se vendió por diez veces más: 2,9 millones. El precio más alto pagado por una obra de un español en 2006 y el récord también de este pintor en el mundo. Algo similar ocurrió con Miquel Barceló. Su Biblioteca con Poe, salió por 220.000 euros y se elevó hasta 1,2 millones. Y el tercero en la lista, Mujeres, de Óscar Domínguez salió por 150.000 euros y alcanzó los 980.000. Según Pablo Melendo, director del departamento de arte de Christie's (www.christies.com) -compañía inglesa creada en 1766-, la casa ha vivido tiempos magníficos en sus tres años en España. Tiempos magníficos que no se limitan a este país. La subasta que Christiés realizó el pasado 8 de noviembre en Nueva York se zanjó con el desembolso de 385 millones de euros, la mayor recaudación de la historia en una subasta de arte moderno. La estrella de la velada fue el Retrato de Adele Bloch-Bauer II que alcanzó la cifra de 58.713.587 euros.

Aunque Sotheby's (www.sothebys.com) -casa fundada en Londres en 1744 y única firma internacional de subastas que cotiza en bolsa- maneja una evolución de ingresos más equilibrada, también 2006 ha sido el mejor ejercicio de la historia. Y 2007 "ha comenzado de manera espectacular", declara Montgomery. En 2005 ingresó 2.000 millones de euros en las subastas que realizó en los 36 países (entre los que no se encuentra España) donde opera la compañía londinense. Y el año pasado aumentó a 2.800 millones. El cuadro que cortó la respiración fue un picasso, Dora Maar con gato, que se vendió por 63,5 millones de euros. El porcentaje que las casas de subastas se quedan del precio de venta oscila entre un 10 y un 15%.

Uno de los más solventes informes de arte, Artprice, afirma en su boletín de marzo que nunca se habían registrado cifras de mercado como las actuales. Es inevitable comparar este momento tan agitado con los muy especulativos años 90. En ambos casos el dinero se ha movido en abundancia por el mundo, y especialmente en nuevos mercados, el chino y ruso. España no ha sido una excepción. Pero conviene hacer un par de precisiones: ahora las inversiones son más consistentes y los chollos ya no existen. Se añade otro factor nuevo: el fácil acceso a la información que permite que cualquier comprador de cualquier rincón del mundo acceda a Internet y tenga a disposición todo tipo de detalles sobre los artistas que salen a subasta. Esta consideración ha evitado muchos de los fiascos que se dieron en el boom anterior.

Los expertos consideran que el mercado español ha comenzado a perder los complejos. España, dicen los expertos, ha sido históricamente un país con miedo a invertir. Este temor ha sido distintivo, una peculiaridad difícil de explicar, en opinión de Montgomery, "aunque no es difícil pensar que el aislamiento del país y el eterno miedo al fisco han jugado un papel decisivo". Tanto los directivos de Sotheby's como de Christie's se esfuerzan por desmentir que el mundo de las subastas sea hoy exclusivo de las élites económicas, pero las enormes cifras de negocio que se manejan matizan esa afirmación.

La directora de Sotheby's establece tres modelos de coleccionistas que conviven hoy: la persona que recibe como legado obras de arte del patrimonio familiar; el hijo de un coleccionista tradicional que ha heredado la afición y entiende de arte ("un perfil muy numeroso en el mundo anglosajón y que en España empieza a despertar"). El tercero ("y, junto al anterior, el más interesante"), un nuevo cliente con dinero, inteligente y curioso, un amateur que ha descubierto el placer del arte.

Christie's está ubicada en una calle noble de Madrid, en una oficina llena de catálogos de arte que se distingue poco de cualquier galería. Ahí acude otro tipo de comprador emergente. Ocho de cada 10 son españoles. Abunda el perfil de "una pareja con dos sueldos, o una sola persona, de unos 45 o 50 años, culta y sensible, que quiere tener una obra en casa que le guste y a la que destina unos 3.000 euros", explica Pablo Melendo. Pero también hay quien tiene más dinero "y apuesta por un buen dibujo de Goya que, sin ser carísimo, en dos años igual no sube, pero sí lo hace a largo plazo".

Luego está el que especula. Y el arte contemporáneo es propicio a la vorágine mercantil. Acertar es más complicado y, por lo tanto, es más probable darse un batacazo. ¿Un ejemplo de especulación? Un retrato de Mao, de Andy Warhol, que hace tres años no llegaba a los tres millones y el pasado mes de noviembre fue adquirido por un chino de economía boyante por 12,7 millones de dólares.

La voracidad compradora recorre el mundo. Desde Sotheby's señalan los países emergentes: China, donde los coleccionistas siguen comprando el arte de su país, aunque ahora se están acercando al de otros; Rusia, que ha arrancado con muchísima fuerza y, además del ruso, adquiere arte europeo y americano porque para los rusos es sinónimo de estatus; India, con una interesante clase media muy fuerte que sostiene el mercado; y, finalmente, los países árabes.

¿Y quién marca las tendencias? Por un lado, la familiaridad y cercanía con el nombre. El español tenderá a comprar un Tàpies y el estadounidense, un Pollock. Después, el mercado. Pero hay que crearlo. Desde Christie's defienden que lo más apreciado en estos momentos es el arte contemporáneo, el impresionismo, el de temática alegre y los bodegones. Por el contrario, totalmente fuera de onda están los temas religiosos, que no encuentran lugar en el mercado. En cualquier caso, las casas de subastas consideran que han ayudado considerablemente al cambio de mirada que se tiene sobre el arte.

En Sotheby's se muestran orgullosos de haber contribuido a difundir la pintura española del siglo XIX, muy poco valorada hasta estos últimos años. Según Montgomery, alrededor de ese esfuerzo se ha generado un potente mercado. "Hasta ahora se creía que, después de Goya, la pintura española del XIX se limitaba a Sorolla o Zuloaga. Ahora el espectro es muy amplio. La prueba del éxito es Anglada Camarasa".

Todo comenzó con la subasta que se celebró en Londres hace siete años. "Creamos un vehículo y un concepto", cuenta su directora general, "porque significó la decidida atención de una casa extranjera por el arte español, y todo esto en una subasta realizada en Londres". El éxito fue tal que la compañía está pensando en hacer algo parecido con el arte del siglo XX, en especial con el que se desarrolla desde los años 40 a los 80. "¿Por qué no va a estar un Fortuny al lado de un Picasso en el MoMa de Nueva York?".

"Me gusta decir que el coleccionismo de arte no es un pasatiempo para los ricos, porque no se lo pueden permitir", escribe el galerista Marc Glimcher en el libro Coleccionar Arte Contemporáneo (Taschen). Y da un consejo: "Compre con la vista. Pero para empezar creo que la generación de uno es mejor porque la comprenderá mejor. Y también que es preferible gastar su dinero en arte que hacerlo en otras cosas".

<i>El casino de París</i>, obra realizada por Anglada Camarasa en 1900, durante el periodo más vital y revolucionario del artista.
El casino de París, obra realizada por Anglada Camarasa en 1900, durante el periodo más vital y revolucionario del artista.CHRISTIE'S
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