La bronca política agita la pelea por Endesa
El acuerdo entre Enel y Acciona desata un capítulo más del enfrentamiento entre el Gobierno y la oposición
El acuerdo entre Enel y Acciona para gestionar Endesa encaja en los deseos del Gobierno español de mantener la españolidad y la integridad de la empresa líder del sector eléctrico en España. Por las mismas razones, el Gobierno apoyó en su día la OPA de Gas Natural sobre Endesa y se alarmó ante la lanzada por E.ON, aparte del conflicto que provocó el grupo alemán por no haber avisado a las autoridades españolas con la debida antelación.
Pero el fracaso de Gas Natural, retirada de la puja un día antes de tener que presentar la oferta definitiva y después de haber cortejado a Acciona y otros posibles socios, había hecho perder la cara al Ejecutivo. Ahora, el acuerdo hispano-italiano permite recuperar el hálito. No obstante, tanto fuentes de las empresas involucradas como del Ejecutivo aseguran que éste no ha alentado ni impulsado ninguna operación, aunque haya estado puntualmente informado de la evolución de las negociaciones.
El PP impuso su mayoría en Caja Madrid para vender las acciones de la eléctrica a E.ON
Por su parte, el grupo italiano, controlado por el Estado, ha tenido al corriente en todo momento a su Gobierno. Enel, de hecho, se decidió a entrar en Endesa después de la cumbre que celebraron en Ibiza los gobiernos de España e Italia el 17 de febrero. El primer ministro italiano, Romano Prodi, le planteó al español, José Luis Rodríguez Zapatero, la posibilidad de tener un gran grupo eléctrico hispano-italiano. Un día antes, el consejero delegado de Enel, Fulvio Conti, ya había contado sus planes al director de la Oficina Económica de Presidencia, David Taguas, y al ministro de Industria, Joan Clos. El 27 de febrero, Enel anunciaba la compra del 10% de Endesa. Luego compraría hasta el 24,9%.
La opción no tardó en ser enarbolada por el PP como arma arrojadiza contra el Gobierno acusándole de haber propiciado el pacto. El PP ha llegado a sugerir que la empresa italiana tenía información privilegiada y que ha estado dirigida por Moncloa. Ha hecho suyos los argumentos de E.ON y Endesa de solicitar que Enel devuelva las acciones compradas por haber comprado a 39 euros cuando preparaba una OPA a 41. Asimismo, jalea que el Gobierno alemán intervenga ante Bruselas. "¿Qué tiene de malo que una empresa informe al Gobierno de sus planes en un sector estratégico?", se pregunta una fuente de la Administración.
La pelea por Endesa es un traslado mimético del enfrentamiento político. El partido de la oposición se alineó con las tesis del presidente de Endesa, Manuel Pizarro, en contra de la OPA de Gas Natural. Ya sea porque significaba "entregar una empresa privada al poder público catalán" (Gas Natural está controlada por La Caixa) o porque "impedía elevar el valor de Endesa", el caso es que le ha llevado a respaldar la oferta del caballero blanco que buscó Endesa para frenar a Gas Natural.
A pesar de haber preparado el desembarco, los 27,50 euros que ofreció E.ON fueron tachados de insuficientes por Pizarro. Las presiones y las posteriores adquisiciones (Acciona compró a 32 euros) obligaron al grupo alemán a anunciar un mínimo de 35 euros. Luego serían 38,75, y finalmente, tras la mejora permitida por la CNMV, 40 euros. El presidente de Endesa ha acudido a la OPA a este precio después de que el consejo de la entidad la apoyara públicamente y no lo hiciera con la anunciada de los competidores a 41 euros. Pizarro, que ha mantenido una lucha armada, no se resigna y está dispuesto a seguir en la lucha "para defender a los accionistas de Endesa", que en cualquier caso le tienen que agradecer esa defensa a ultranza. El mercado, no obstante, parece apostar más por los 41 euros anunciados por Enel y Acciona. El viernes cerró a 40,48 euros.
Parecida actitud a Pizarro ha seguido Caja Madrid, que decidió vender el 10% de Endesa a E.ON, con la oposición de los consejeros del PSOE, UGT y CC OO Madrid y el apoyo de IU y CC OO de Banca. El PP también ha impuesto su mayoría en la caja, controlada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid. La operación la hará mediante un equity swap, es decir, a futuro, en este caso dentro de dos años; pero E.ON contará con sus derechos de voto. Unos derechos que están limitados en el 10% (es decir, no se puede votar por más, aunque se supere).
Precisamente, Endesa había convocado una junta para suprimir el blindaje, pero la suspendió tras la entrada de Enel y enturbiarse el panorama. Fuentes jurídicas han asegurado que son fácilmente recurribles y que esas medidas acabaran quitándose. Hasta ahora, el presidente de la caja, Miguel Blesa, había defendido la obtención de las máximas plusvalías. La oposición que defendía seguir en Endesa esgrime que la caja es un factor de estabilidad, que se obtienen cuantiosos dividendos y que no hay necesidad de acelerar la venta porque las plusvalías no se tendrán hasta 2010. "Desde luego fue una decisión más política que económica", según una fuente sindical.
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