No se admiten novicias inmigrantes
El arzobispo de Granada expulsa a dos jóvenes aspirantes a monja por ser extranjeras
Las extranjeras que quieran ser monjas deben traer la fe en la mochila. Así al menos lo estima el Arzobispado de Granada, que ha expulsado del convento de la Piedad a dos jóvenes indias, de 18 y 21 años, que habían solicitado vestir los hábitos. La razón, según informó la Curia a las monjas dominicas del convento, es que está prohibido ingresar "sin antes haber pertenecido como profesas a una congregación religiosa en su país".
Las mujeres, que ya están de vuelta en su país, llegaron al convento de las dominicas de la localidad de Huéscar, perteneciente a la diócesis de Guadix, pero a los pocos días se mudaron al convento de la Piedad, en la capital, donde conocían a una de las monjas, de nacionalidad india.
"En Huéscar no estaban muy a gusto, ya que sólo hay cuatro hermanas mayores", apuntó la madre superiora del convento de la Piedad. Pero el Arzobispado no les permitió quedarse, según una norma impuesta en 2003, y las postulantes regresaron a India sólo un mes después, tras su frustrado intento por prepararse para tomar los hábitos.
"Vienen muchas jóvenes sin vocación para estar en el convento sólo un tiempo y luego poder residir en España. Intentamos salvaguardar la autenticidad de la vocación", alegó un portavoz de la Curia.
En los 22 conventos de clausura granadinos residen 50 monjas extranjeras. Pero la política de admisión cambió con la llegada en 2003 del arzobispo Francisco Javier Martínez, al que desde entonces ha acompañado la polémica. Una de sus primeras medidas fue restringir las libertades de los seminaristas, a los que prohibió el uso de Internet, limitó el horario de televisión y retiró las llaves de acceso al seminario con el propósito de controlar sus entradas y salidas.
La polémica con los seminaristas no terminó ahí. Además, se les prohibió estudiar Teología en la Universidad de Granada, una decisión que puso en contra de Martínez a gran parte de la ciudadanía.
El arzobispo tiene pendiente un juicio oral en el Juzgado de Instrucción 1 de Granada por presuntas lesiones psicológicas, injurias, calumnias y coacciones al sacerdote y ex archivero de la Catedral, Francisco Martínez.
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