Faye Turney, una mujer en un mundo de hombres

Faye Turney es una de las pocas mujeres del Ejército británico que ha sido enviada a la guerra. Pero a ella eso nunca le ha asustado, según explicó durante una reciente entrevista con la BBC, apenas unos días antes de ser detenida en aguas del golfo Pérsico por Guardianes de la Revolución iraníes.

"Mis padres se aseguraron de que no me estaba engañando a mí misma y que sabía que en cualquier momento me podían enviar a la guerra. Es la elección que yo hice", declaró cuando estaba ya patrullando en las políticamente revueltas aguas de la difusa frontera entre Irak e Irán, aunque entonces no podía imaginar que acabaría siendo noticia de primera página.

La última de cinco hermanos, Faye Turney, de 26 años, nació y creció en el corazón de Inglaterra, muy lejos del mar, en Shrewsbury, entre Birmingham y Liverpool, y siempre quiso enrolarse en las fuerzas armadas. Tras alistarse en la Royal Navy, superó la fase de entrenamiento a bordo del Raleigh, con base en Torpoint, en Cornualles, antes de ser trasladada al Dryad en Porthsmouth. Ocho años después, se convirtió en marinero de primera clase.

"La vida en la Marina puede ser a veces como un crucero. Pero nunca puedes tener la cabeza demasiado distraída porque en cualquier momento puedes ser llamada al servicio y no tienes más remedio que afrontarlo", declaró apenas unos días antes de caer en manos iraníes cuando ella misma conducía una de las dos patrulleras de la fragata Cornwall, protagonista del incidente de estos días.

Casada con otro marinero, Faye es madre de una niña de tres años, Molly. La pareja vive en Plymouth, pero según sus vecinos, estaban a punto de mudarse a una casa en el campo para que la pequeña Molly pudiera estar más cerca de la naturaleza. Su marido ha recibido un permiso especial para que pueda afrontar la tensa espera hasta ver a su mujer liberada y está al cuidado de la niña. La familia de Faye Turney ha pedido a la prensa que respete su privacidad en estos momentos de tensa espera.