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La remodelación de la dársena coruñesa recuperará la zona para el paseo y el ocio

El arquitecto González-Cebrián gana el concurso con un proyecto en piedra, acero y vidrio

La fachada marítima de A Coruña que, con su dársena para pequeños pesqueros, yates de recreo y cruceros frente a los simbólicos edificios de galerías, conforman la postal típica de la ciudad, ya tiene proyecto. Piedra, vidrio y acero, en medio de hileras de árboles y bancos que permitan recobrar para el paseo y el ocio la zona más noble, hoy invadida de tráfico, enmarcan la propuesta del arquitecto coruñés José González-Cebrián que, bajo el titulo Reflejo del pasado, ganó ayer el concurso de ideas convocado por el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria.

La recuperación de la muralla del siglo XVII que delimitaba la fachada marítima de A Coruña, oculta tras la dársena construida hace 100 años, centra un proyecto que busca mejorar la calidad y disfrute del corazón de la ciudad sin transformarlo.Era objetivo del jurado, integrado también por los responsables de los colegios de arquitectos y de ingenieros, que la reordenación de la zona no modificase "la estampa" más emblemática de la ciudad, sino que la pusiera en valor "para las generaciones venideras", indicó la teniente de alcalde, Mar Barcón.

La dársena de la Marina y su continuación, el Parrote, es hoy una amalgama de aceras sin pasos peatonales, tráfico rodado intenso, con una media diaria de 20.000 vehículos, paradas de buses, taxis y plazas de aparcamientos. Een su centro está la boca del túnel que, con forma de montaña rusa, atraviesa la plaza de María Pita. Un espacio simbólico corrompido por la circulación de coches, que expulsaron a los peatones de una avenida en la que antiguamente todo invitaba al paseo y al disfrute de terrazas hoy inexistentes.

"Se trata de intervenir en un espacio único degradado para mejorar su calidad sin alterar nada, con mucho respeto a lo que existe y a su pasado", explica González-Cebrián, responsable del departamento de Urbanismo de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Enterrar el tráfico en viarios subterráneos para que sólo circule en superficie el transporte público y los vehículos de residentes, ensanchar la acera de la Marina, prolongar simbólicamente, con hileras estrechas de arbolado, los Jardines de Méndez Nuñéz hasta el frente marítimo, y fomentar el retorno de terrazas, bancos y galerías comerciales en los bajos del viejo Parrote son los núcleos de este proyecto.

El arquitecto, que también es el encargado de reformar otra céntrica zona de A Coruña, la plaza de Pontevedra, recurre a la piedra a fin de unificar el pavimento con el acero y el vidrio para los nuevos elementos que pretende "ligeros". El propósito es que no "pugnen con las galerías", símbolo de la ciudad.

La antigua muralla, que discurre en el frente de la Marina desde la Casa Paredes (delante de la Subdelegación del Gobierno), volverá a salir a la luz con la apertura en la acera de lucernarios que, mediante un sistema de espejos y pantallas, reflejarán la imagen de la secular fortificación hoy escondida. El proyecto plantea construir, en medio del paseo ajardinado frente a las galerías, un pequeño edificio transparente que haga las veces de oficina de turismo y de museo de la ciudad "porque éste es el punto desde el que mejor se entiende su historia y desarrollo", destaca González-Cebrián.

Debajo la acera de la Marina, cuya superficie se triplicará, habrá un aparcamiento, además de los viales subterráneos para el tráfico rodado, todos ellos con vistas a la antigua muralla y con aperturas a la calle. "Será un subsuelo de calidad", insiste el autor del proyecto, "no un túnel lúgubre, sino planteado como una extensión de metro bien diseñada". Y luminosa. Es otra de las características de esta reordenación, la apuesta por luminarias de gran intensidad que realcen valores de la zona, como los edificios de galerías, la dársena o los árboles, que hoy no se ven.

En la zona del Parrote, una vía ascendente que domina el lateral de la dársena y en la que tienen su residencia en casas remozadas el dueño de Inditex, Amancio Ortega, el ex alcalde Francisco Vázquez y el director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, se propone crear una zona comercial en medio de una plaza con palmeras y construir un edificio para servicios del puerto deportivo. Otra edificación de acero y vidrio acogerá galerías comerciales.

González-Cebrián subraya la importancia de conservar el espiritú histórico de la Marina manteniendo vías de servicio para los movimientos tradicionales de la zona, como es el residencial hacia la Ciudad Vieja, el de acceso a los barcos pesqueros y de recreo o el de descarga necesario para los establecimientos hosteleros. El coste del proyecto se eleva a 13,6 millones de euros, con un plazo de ejecución de 18 meses, una vez redactado el proyecto técnico. El Ayuntamiento confía en que los trabajos puedan comenzar a partir de 2008.

Nexo con el Plan Busquets

El esquema del denominado Plan Busquets, el diseño del urbanista catalán para reurbanizar los muelles del centro de A Coruña que se liberarán cuando entre en servicio el nuevo puerto exterior de Punta Langosteira, "se mantiene" en el proyecto de reordenación de la Marina, según González-Cebrián. Para ello, el ganador del concurso fallado ayer plantea crear una zona verde en la avenida Alférez Provisional, que hoy alberga el Palacio de Congresos Palexco y el llamado Puerto de Ocio.

El túnel que llevará a un nuevo aparcamiento en los bajos de la Marina, con conexiones hacia el que atraviesa María Pita y el que se construirá en la explanada de la Solana, en el Parrote, tendrá su entrada en esa avenida. González-Cebrián propone además eliminar la valla portuaria que encierra ahora Palexco y el centro comercial, diseñados por Ricardo Bofill y César Portela. Y apuesta por "introducir nuevos usos", como la creación de una pista de hielo, pa- ra unos edificios polémicos que tapan la ría. Como el Plan Busquets, también prevé un carril bici para fomentar el uso ciudadano del paseo marítimo

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