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Análisis:A LA PARRILLA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Estéticas

Tomàs Delclós

Mientras en Cambio radical (Antena 3) unas personas que no se gustaban concursaban para que les pagaran una cirugía estética, en Tele 5, a la misma hora, unas chicas competían para conseguir el título de Miss España. Las feas ganaron en audiencia. En el concurso de misses, el desfile en biquini, bajo la sintonía de Sex bomb, se acompañaba de una ficha con nombre, edad, medidas (los datos sobre los tres contornos y la altura) y oficio o estudios. Los espectadores votaban con SMS.

En Antena 3, Chelo odiaba su nariz, boca y pecho. El precio de que la emisora le pagara la operación era mostrarse en su estado preliminar, de fea. Esta exposición se ofreció con detalle, acompañada de testimonios familiares. De Sandra también explicaron sus complejos (por culpa de dientes y pecho) y hubo una exhibición pormenorizada de sus fealdades y silueteado de glúteos. En ambos casos, el cirujano colaborador disfrutó de notable protagonismo. Las dos concursantes se sometían al quirófano por ellas y, decían, para estar cómodas con sus novios o maridos. No eran casos de cirugía reparadora. El espectador podía dudar sensatamente de que el arreglo tuviera que pasar por el bisturí y no por romper rancios estereotipos. Una de ellas estaba celosa de Nicole Kidman. Precisamente la Kidman, su personaje, ha pasado por la clínica de la estupenda Nick / Tup. Su pareja de médicos siempre hace la misma primera pregunta a sus clientes: ¿qué no le gusta de su cuerpo? La Kidman quiere que la injerten las cenizas de su marido en el pecho para que descanse en el lugar que más le gustaba. Hay cirujanos que no ponen obstáculos a sus pacientes.

En Cambio radical entraron en el quirófano de la rinoplastia, rasgado del ojo, injerto mamario... Se vieron los desechos de grasa. El relato sobre el sufrimiento fue meticuloso, obsceno. No tiene nada que ver con, por ejemplo, el carnal art de Orlan, que se somete a la cirugía estética como un trabajo artístico sobre el estatuto del cuerpo, los iconos dominantes, el tabú de la identidad y la mutación. En Cambio radical, todo es más simple y triste.

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