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El periodista secuestrado en Afganistán culpa al chófer de su captura

"Tengo la sensación de haber sido vendido". Daniele Mastrogiacomo, el periodista italiano secuestrado por los talibanes en Afganistán, criticó ayer en la sede del diario La Repubblica en Roma la forma en que fue capturado.

Cuando se produjo el secuestro, Mastrogiacomo viajaba en coche por la provincia afgana de Helmand (oeste) para entrevistarse con unos guerrilleros talibanes. Junto a él viajaban el chófer Said Agha y el traductor Ajmal Naqshbandi. "Nos paramos en Kandahar", relató el periodista, "ahí el conductor hizo una llamada para concordar una cita con su contacto. Un kilómetro fuera de la ciudad, nos pararon y nos detuvieron".

El conductor fue degollado tras haber sido identificado por los talibanes como espía. "Desde el principio", dijo ayer Mastrogiacomo, el chófer "tuvo un papel ambiguo, con toda una serie de actuaciones muy raras durante los interrogatorios"; posiblemente fue por esto que "pagó un precio altísimo", explicó.

Mastrogiacomo describió a los guerrilleros como "jóvenes, pobres, despojados de todo tipo de experiencia humana, sexual, emotiva. Su única razón de vida es su religión". Al final de la conferencia de prensa de ayer aseguró que seguirá haciendo su trabajo, pero no volverá nunca más a trabajar en Afganistán.

El Gobierno de Kabul intercambió al periodista italiano por cinco prisioneros talibanes, según una práctica definida ayer como "excepcional" por un portavoz afgano. Varios periodistas denunciaron el acuerdo, argumentando que el trato sentó un precedente que podría hacer su trabajo más peligroso.

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