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Crítica:CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Libre y controvertido

Llegó Pogorelich y con él, una vez más, la división de opiniones. Es un intérprete diferente y sus versiones transmiten originalidad y controversia. También genialidad. No son convencionales, desde luego. Pero hay en ellas hondura y un elevado grado de ensimismamiento, como se pudo comprobar desde los primeros compases de la magistral Sonata opus 111, de Beethoven, con la que comenzó su recital. Las concesiones expresivas son mínimas y el grado de concentración que el músico impone exige un esfuerzo adicional en busca de la interiorización. El concepto musical con el que el pianista de Belgrado se enfrenta a Beethoven es, si se consigue entrar, fascinante. No es un Beethoven irreconocible pero está en los antípodas del que se suele escuchar a la inmensa mayoría de sus colegas. Esto puede provocar una sensación frustrante, pero también resultar irresistible. En cualquier caso, tiene mucho mérito. Más aún: invita a una oportuna reflexión sobre la pluralidad de la música.

Ivo Pogorelich (piano)

Ciclo de Grandes Intérpretes. Organizado por Fundación Scherzo y patrocinado por EL PAÍS. Obras de Beethoven, Brahms, Scriabin y Rachmaninov. Auditorio Nacional, Madrid, 20 de marzo.

Más enigmático resultó todavía su Brahms, con una propuesta casi levitante del Intermezzo en la mayor op. 118, número 2. Seria, muy pensada, desconcertante por momentos, críptica a veces, de supremo interés siempre. Sus sonatas de Scriabin y Rachmaninov fueron coherentemente unitarias, aunque menos sorprendentes. Pogorelich insistió en la búsqueda de una objetividad austera y densa. Técnicamente es impecable. El interés radica, pues, en las opciones que plantea para el descubrimiento de universos interiores desde y a través de la música. En la medida que pone en duda las convenciones más trilladas crece su aportación artística. Fundamentalmente porque ni una sola nota es arbitraria en sus esquemas mentales. El recital tuvo un punto de desasosiego. Por ello, entre otras razones, fue tan sugerente, imaginativo y rabiosamente contundente.

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