La exposición de la vida cotidiana
El colectivo feminista Artísimas apuesta por un arte comprometido y social en el que importa lo diario
Están hartísimas de la figura del genio en el arte, de la precariedad de las mujeres artistas, de una sociedad patriarcal en la que la competitividad y el individualismo son valores en alza. Las ocho mujeres que integran desde enero el colectivo de artistas feministas Artísimas apuestan por un arte colectivo, comprometido y social que muestra las vivencias cotidianas de las mujeres. "Es un nombre potente para darnos a conocer, pero no sólo nos quejamos: proponemos y construimos", subrayan.
El feminismo como discurso en el que encontrar respuestas vitales llevó a ocho mujeres de trayectorias diversas a trabajar en lo que denominan arte público de nuevo género. "Frente a las grandes estadísticas, nos interesan las historias personales, aquellas que los medios no reflejan pero construyen barrios, crean colectivos, sostienen economías...", explica Garbiñe Larralde. "Con esas historias tocamos ejes transversales como el concepto de clase, la raza, o la heteronormatividad", añade Itsaso Eroa. La precariedad laboral es un tema que siempre está presente en su trabajo porque sienten que une a todas las mujeres.
"Frente a las grandes estadísticas, nos interesan las historias personales", afirman
Artísimas desarrolla ahora el Laboratorio Artísimas Vecinas, un proyecto en el barrio bilbaíno de San Francisco -realidad que viven de cerca desde su local en BilbaoArte-, en el que serán las mujeres del barrio las que registren sus propias vivencias. "Les enseñaremos unos conceptos básicos de fotografía y les proporcionaremos cámaras. Con esas fotos elaboraremos un horóscopo en torno a la salud, el trabajo y el amor. Con frases típicas de la astrología como pie de foto, mostraremos el contraste entre cómo les gustaría que fuera su vida y cómo es", explica Teresa Portugal. La presentación del trabajo se realizará en verano dentro de las jornadas Arroces del Mundo, que se celebran cada año en el barrio bilbaíno. Las obras serán expuestas, además de en BilbaoArte, por todo el barrio, en comercios, bares, e incluso plantean colgar fotos en los tendederos de las vecinas. "Teníamos miedo porque San Francisco es un barrio laboratorio y la gente está cansada de tantos estudios. Pero nos acercamos con humildad y están respondiendo bien. No se trata de llegar con nuestra idea genial sino conocer su problemática y plantear soluciones creativas para hacerla visible", destaca Larralde.
El colectivo está dando forma a una acción en Benicàssim que consistirá previsiblemente en barrer las playas para denunciar la invisibilidad del trabajo doméstico, y prepara una exposición junto con estudiantes de Bellas Artes. "Se titula Love me tender y nuestro objetivo es desmontar el mito del artista y las ideas románticas de las alumnas, y denunciar la precariedad en la que vivimos las mujeres artistas. Mujeres curtidas en el arte les harán ver que no se vive tan bien ni se gana tanto dinero", explica Larralde.
El pasado 8 de marzo el colectivo salió cámara en mano a preguntar a las manifestantes de qué están hartísimas. Por otro lado, Larralde y Eroa han sido premiadas en febrero en el concurso de instalaciones artísticas de Zubiarte. Su obra, Las señoritas de Zubiarte, consiste en unos tendederos instalados en los balcones del centro comercial bilbaíno, de los que cuelgan fotos de prendas de las trabajadoras de Zubiarte. El trabajo, que pretende humanizar el centro, visibilizar la labor cotidiana de sus empleadas y plantear interrogantes sobre los patrones de consumo y los estereotipos, se completa con un vídeo que muestra las entrevistas personales que ayudaron a gestar el proyecto.
La instalación, por la libertad que da; la acción, porque propicia la interactividad, y el audiovisual, porque está muy presente en la sociedad actual y permite registrar el proceso de creación, son los tres lenguajes que más utilizan. Frente a la imagen del genio creador individualista y el mensaje de que sólo quienes tienen un gran ego triunfan, ellas defienden que el trabajo colectivo es mucho más enriquecedor. "Creemos en la colaboración y la cooperación para resolver problemas creativos", afirman. Definen su trabajo como arte feminista, afirman que el arte por el arte les parece vacío y frívolo, y defienden que toda obra es arte político.
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