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Abrir y cerrar moda en el Born

Ana Pantaleoni

"No ha cumplido con las expectativas". Así de tajante se muestra Dolors Jiménez, directora de Locales Comerciales de CB Richard Ellis. Al Born le cuelgan la etiqueta de fashion, de cool, de barrio de moda que reúne a diseñadores, galerías de arte, estudios de interiorismo y restaurantes de vanguardia. Pero esa etiqueta ha hecho que los precios subieran y subieran.

"Las tiendas abren y cierran. Se ha producido mucha burbuja. Sólo si tienes un alquiler decente aguantas", explica Michele Gilli, dueño de la tienda On Land en la calle de Princesa. "Y eso que el barrio ha mejorado mucho. Hacer peatonales las calles es clave".

En la misma calle de Princesa abrió hace más de un año su tienda la diseñadora Miriam Ponsa. Pagó 20 millones de pesetas de traspaso y prefiere no desvelar lo que paga de alquiler. "Debes tener claro en qué zona abres y a qué público vas destinado. A nosotros nos funciona".

Principales y secundarias

Mónica Manguillot, directora de locales comerciales Busquets Gálvez, explica que hay una diferencia clara entre las calles principales (paseo del Born, Argenteria y Comerç) y las secundarias. "En estas vías principales no hay ningún problema. En el resto sí hay más rotación". El alquiler de un local en una calle principal supera los 3.000 euros al mes. La moda y la restauración se instalan allí. "Las secundarias no han funcionado. Es una lástima", dice Manguillot.

La opinión la comparte Eva Lluch, propietaria de una tienda-galería en la calle de Comerç llamada Iguapop. "El Ayuntamiento no ha apoyado la zona. No hay lugares para aparcar. Algunos alquileres son insostenibles para lo que es el barrio", afirma. "No ha terminado de cuajar es la ropa de autor".

El Born vivió su apogeo en el año 2000. La zona se puso de moda y desembarcaron primeras marcas. Hoy, muchas tiendas han cerrado, aunque las marcas punteras siguen. "Se produjo una selección natural", asegura Xavier Andreu, presidente del eje comercial BCN de Palau a Palau. Algunas grandes marcas usan el barrio para abrir sus flagship store, que tienen que estar en el barrio de moda al margen del negocio que generen.

Custo fue de las pioneras en instalarse. Y la última en llegar es Jocomomola, la línea colorista de la diseñadora Sybilla. Cada vez son más las marcas reconocidas que conviven con otras más pequeñas. Todos buscan fórmulas para vender. 50 comerciantes del barrio se unieron en 2003 para abrir sus tiendas una noche al mes coincidiendo con la Luna llena. La iniciativa, para atraer a compradores nocturnos, no duró más de un año. La Pelu, sin embargo, lo sigue haciendo. Ofrecen precios especiales, copas y montan exposiciones. Su propietaria, Llum Ventura, asegura que el Born es de "ciclos". "Las empresas consolidadas funcionan, pero también se abren y cierran muchas tiendas de moda", explica.

"El problema está en algunas tiendas que abren con imagen, pero poco producto. Con un buen producto, es un buen lugar", afirma Albert Prat, copropietario de la tienda Hombre M69, en la calle del Rec. Andreu define así el barrio: "El Born hizo una ascensión brutal y ahora está en la meseta".

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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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