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17 heridos leves al explotar en Valencia una furgoneta con petardos para las Fallas

El aviso del conductor, que vio salir humo, permitió poner a salvo a decenas de niños

Decenas de niños acudían ayer a una tradicional comida en el local de una falla en Valencia cuando comenzó a salir humo de una furgoneta cargada con petardos para las fiestas. El conductor, un pirotécnico encargado de instalar una traca, alertó de inmediato de una posible explosión. Tres minutos después, el vehículo saltó por los aires provocando 17 heridos leves e importantes destrozos en los edificios cercanos. Los falleros infantiles consiguieron protegerse a tiempo en una esquina del casal (local fallero) y detrás de un coche. La potencia del estallido pudo causar una catástrofe.

Pasado el primer susto de la explosión, los falleros se abrazaban con la mirada brillante. En sus mentes se dibujaba la tragedia que, por pura suerte, no se produjo. Un centenar de niños tenía previsto acudir al casal frente al que explotó la furgoneta cargada con material pirotécnico. El tremendo estallido, que afectó a los vehículos aparcados y a los bloques de inmuebles de la calle de Azcárraga, fue escuchado en varias manzanas alrededor. La furgoneta estaba irreconocible.

El parte de heridos quedó milagrosamente reducido a 17 leves, trasladados a un hospital cercano. Entre los afectados, un niño de 11 años con una pierna dañada, una joven de 19 con una herida en el cuello y uno de 27 con múltiples traumatismos aún en observación. Las heridas fueron producidas por la metralla despedida por la potente explosión. El estallido provocó numerosas crisis nerviosas entre los vecinos. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, acudió junto al subdelegado del Gobierno, Luis Felipe Martínez, al lugar del accidente justo después de celebrar la mascletà.

Varias circunstancias permitieron cambiar una matanza por apenas una veintena de heridos leves. Un solar justo al lado del lugar del fogonazo sirvió de escape para la abundante metralla despedida por la furgoneta. La diligencia del conductor que, en cuanto vio humo en la furgoneta, alertó a todos los que encontró alrededor fue providencial. La mayoría son miembros de la falla que había encargado a la empresa Quiles S. L. de Turís la instalación de unos juegos pirotécnicos. De haber explotado una hora después, la sede de la falla estaría bajo el griterío infantil, que tenía previsto comer una paella.

Las sillas permanecieron apiladas milagrosamente en la acera. En el medio de la estampida, uno de los falleros se percató de las bombonas de butano que la falla tenía en la acera para cocinar el arroz a los niños. Las ocultó de la explosión.

"Primero se ha escuchado una pequeña traca, luego ha salido el humo y ha sido cuando el conductor ha empezado a gritar", describía un testigo. El pirotécnico, que estaba instalando una traca aérea, fue el más elogiado por los falleros. "Si no es por él...", decía asustado un veterano fallero. Después de describir la sucesión de acontecimientos a la policía, el conductor cayó en un estado de ansiedad y fue trasladado a un centro sanitario. Todos los falleros coincidían en señalar que el aviso del trabajador pirotécnico fue la clave para esquivar el desastre.

Una hora después del suceso, el miedo predominaba en las sensaciones de los falleros, los vecinos y los comerciantes del barrio. El vicepresidente de la falla, José Luis Medrano, aguantaba las lágrimas mientras daba explicaciones de los actos pirotécnicos previstos para las Fallas. "Vino a instalarnos una traca para la bicimascletà. No sé qué más llevaba en la furgoneta", explicaba. Entre paseo y paseo, los compañeros le abrazaban. "José Luis, ya hemos conseguido ser famosos", le gritó un compañero tratándole de animarle. A Medrano no se le iba de la cabeza la tragedia evitada.

Los niños, excitados por el suceso, gritaban su versión. "He cogido a los más pequeños y me los he llevado detrás de un coche. Ahí nos hemos escondido hasta que ha pegado el bombazo", exclamaba un niño abrazado a un amigo. El susto les hará recordar estas Fallas para el resto de sus vidas. Una escena propia de una película de acción les pasó antes sus ojos. "He visto dos coches volando", dijo uno.

Restos de la furgoneta tras la explosión.
Restos de la furgoneta tras la explosión.JORDI VICENT

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