17 heridos leves al explotar en Valencia una furgoneta cargada de petardos
Varias decenas de niños resultaron ilesos gracias a los avisos del pirotécnico que la conducía
Decenas de niños acudían ayer a comer al casal de la falla Azcárraga-Fernando el Católico cuando el humo saliendo de la furgoneta cargada de petardos alertó al conductor y pirotécnico que estaba instalando una traca. El industrial avisó a tiempo y permitió que por apenas tres minutos se impidiera un gran catástrofe. Los falleros infantiles consiguieron protegerse a tiempo en una esquina del casal y detrás de un coche. El vehículo explosionó causando 17 heridos leves e importantes destrozos en el bloque de viviendas frente al que estaba aparcado el furgón.
En cuanto el pirotécnico vio el humo alertó a todos los que encontró alrededor
La patronal pirotécnica indica que el vehículo cumplía con los requisitos de transporte
Pasado el primer susto de la explosión, los falleros se abrazaban con la mirada brillante. En sus mentes se dibujaba la tragedia que, por mera suerte, no se produjo. Un centenar de niños tenía previsto acudir al casal frente al que explotó la furgoneta cargada de materiales pirotécnicos. El tremendo estallido, que afecto a los vehículos aparcados y a los bloques de inmuebles de la calle de Azcárraga se escuchó desde varias manzanas alrededor. La furgoneta quedó irreconocible.
Varias circunstancias permitieron cambiar una matanza por apenas una veintena de heridos. Un solar justo al lado del lugar del fogonazo sirvió de escape para la abundante metralla despedida por la furgoneta. La diligencia del conductor que, en cuanto vio humo en la furgoneta, alertó a todos los que encontró alrededor evitó lo peor. La mayoría de ellos, miembros de la falla que había encargado a la empresa Quiles, SL, de Turís la instalación de unos fuegos pirotécnicos. De haber explotado una hora después, la sede de la falla estaría bajo el griterío infantil que tenía previsto comer una gran paella. Las sillas permanecieron apiladas milagrosamente en la acera. En el medio de la estampida, uno de los falleros se percató de las bombonas de butano que la falla tenía en la acera para hacer las paellas a los niños. Las ocultó de la explosión.
"Primero se ha escuchado una pequeña traca, luego ha salido el humo y ha sido cuando el conductor ha empezado a gritar", describía un testigo. El pirotécnico, que estaba instalando una traca aérea, fue el más elogiado por los falleros. "Si no es por él...", decía asustado un veterano fallero. Después de describir la sucesión de acontecimientos a la policía, el conductor cayó en un estado de ansiedad y fue trasladado a un centro sanitario. Los padres de la falla Azcárraga ya tienen su héroe. Todos coincidían en que su aviso fue la clave para esquivar el desastre.
Una hora después del suceso, el miedo predominaba en las sensaciones de los falleros, los vecinos y los comerciantes del barrio. El vicepresidente de la falla, José Luis Medrano aguantaba las lágrimas mientras daba explicaciones de los fuegos pirotécnicos previstos para la falla. "Vino a instalarnos una traca para la bicimascletà. No sé qué más llevaba en la furgoneta", explicaba. Entre paseo y paseo, los compañeros le abrazaban. "José Luis, ya hemos conseguido ser famosos", le gritó un compañero animándole. A Medrano no se le iba de la cabeza la tragedia evitada.
Los niños, excitados por el suceso gritaban su versión. "He cogido a los más pequeños y me los he llevado detrás de un coche. Ahí nos hemos escondido hasta que ha pegado el bombazo", exclamaba un niño abrazado a un amigo. El susto les hará recordar estas Fallas para el resto de sus vidas. Una escena propia de una película de acción les pasó antes sus ojos. "He visto dos coches volando", recordaba uno de los pequeños testigos.
Uno de los heridos tiene 11 años. Sufre heridas leves en una pierna por la metralla del potente fogonazo. Una joven de 19 sufrió un corte en el cuello. Ambos fueron dados de alta en la tarde de ayer. El peor parado fue un hombre de 27 años con numerosas contusiones. Este último aún permanecía ayer en observación en el Hospital General de Valencia.
Los que tampoco olvidarán fácilmente el bombazo serán los vecinos de los bloques de la calle de Azcárraga, donde está situado el casal. Las viviendas no quedaron dañadas en su estructura, pero no permaneció nada en su lugar. El primer piso del número 33 de la calle llegó a incendiarse.
Los cristales destrozados. Los muebles en el suelo. Nada en el lugar que debía. "Menos mal que me ha pillado en el otro lado de la casa. Si me coge en el lado de Azcárraga...", describe asustada Julia Rubio, que vive en el tercer piso del número 31. Su casa quedó destrozada. La onda expansiva resquebrajó casi todos los cristales de la calle. "Incluso el ático del séptimo ha tenido daños", advierte Rubio. Un grupo de vecinas arremolinadas fuera del cordón policial enumeraba los daños. A la vez, confiaban en que el seguro de la falla pague los desperfectos.
Horas después de que se produjera el accidente llegó el momento de las visitas oficiales. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá acudió después de la mascletà al lugar donde aseguró el realojo de los vecinos afectados y el restablecimiento "inmediato" de los daños a las viviendas por parte de los servicios municipales. También acudió el subdelegado de Gobierno, Luis Felipe Martínez.
El transporte de material pirotécnico está regulado por el Acuerdo Europeo sobre Transporte Internacional de Mercancías Peligrosas por Carretera (ADR), una normativa transpuesta a la legislación estatal a través de un real decreto, como apuntó ayer a este diario Guillermo Rodríguez-Brunchú, secretario de la Asociación de Fabricantes Pirotécnicos de la Comunitat Valenciana (Piroval).
Por encima de los 20 o los 333 kilogramos de carga -en función de la peligrosidad del material explosivo que se transporta- el porte ha de cumplir unas condiciones de seguridad más rigurosas que, según indicó ayer Rodríguez-Brunchú, cumplía la furgoneta siniestrada ayer. El conductor, por ejemplo, contaba con el permiso específico de ADR que se requiere para transportar este tipo de material y el vehículo estaba acondicionado con planchas de protección especiales. Además, como es preceptivo al margen de la carga, contaba con su correspondiente carta de portes en la que se describe el material transportado -kilogramos, embalajes, bultos- así como envases de transporte homologados, según el secretario de Piroval. Para el transporte de material pirotécnico no es necesaria la supervisión de la ruta del vehículo, según comentó.
A última hora de ayer no había información oficial del motivo de la deflagración. "La hipótesis principal es que ha entrado algún fuego dentro", comentó Rodríguez-Brunchú. La furgoneta llevaba material para un castillo según el concejal de Seguridad Miguel Domínguez.
Fuentes del Ayuntamiento indicaron que no tienen competencias en la regulación de estos vehículos. "Si hay una ordenanza que regula para Fallas la circulación de vehículos especiales: de más de 12 metros, de construcción..., pero no de mercancías peligrosas". Desde la Consejería de Interior indicaron que existe normativa sobre el transporte de mercancías peligrosas pero no de explosivos, "que es de responsabilidad estatal". Sin embargo, el subdelegado del Gobierno indicó que el transporte "depende de la Consejería de Transportes".
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