El sexismo de la ciencia
Investigadoras denuncian los desequilibrios de género en el libro 'El segundo escalón'
Las mujeres accedieron con cuentagotas a las universidades europeas a partir del XIX. Siguen estando en un segundo nivel a la hora de encabezar equipos de investigación, cátedras o puestos de responsabilidad en laboratorios y facultades. El segundo escalón (ArCiBel Editores) es una obra que coloca en primer plano "los desequilibrios de género en ciencia y tecnología". Los artículos recogen las intervenciones de las participantes en un curso sobre ciencia, tecnología y género celebrado en Sevilla el año pasado.
Catalina Lara, editora del volumen y profesora titular de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Sevilla, considera que la ciencia no está exenta de prejuicios. "Aunque parece lo más objetivo del mundo, al fin y al cabo surge de personas que están en una sociedad con unos valores, ideologías y premisas que trascienden", señala. "Si una sociedad tiene prejuicios de género o de raza, éstos acaban impregnando a la ciencia, al conocimiento que se genera y a quienes deben generar el conocimiento", añade.
No es algo que sostengan las mujeres científicas y tecnólogas por su cuenta. Hace seis años, la Comisión Europea publicó un informe que concluyó que "dejar perder a casi la mitad de una élite profesional e intelectual europea era un despilfarro, además de una injusticia", recuerda Lara en el prólogo.
En el libro participan investigadoras andaluzas como Ana Guil, que escribe sobre los 'techos de cristal' en las universidades andaluzas; la ingeniera Laura Roa, que lo hace sobre mujeres en tecnología; o Consuelo Flecha, que recuerda el acceso a las universidades europeas de las mujeres.
En su texto, Flora de Pablo, presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas, considera que el hecho de que las mujeres sólo ocupen el 13,7% de las cátedras es "incomprensible sin apelar a la perversión de los mecanismos de selección y promoción universitaria". "Hay reglas no escritas y sesgos muy arraigados que llevan pervirtiendo el sistema meritocrático de acceso y de promoción", denuncia.
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