_
_
_
_
Crítica:FLAMENCO | Marina Heredia
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Poesía y cante

Marina Heredia presentó en Madrid su nuevo disco, titulado La voz del agua. Un disco en el que compagina letras de famosos poetas con el cante flamenco. Alberti y Bergamín, por ejemplo, son de los que están, con sendos poemas hermosamente musicados por José Quevedo, El Bola. Nunca fui a Granada es el de Alberti, e Illo y Romero, el de Bergamín. Los dos llevan una música bien flamenca, que la cantaora interpreta con entusiasmo y jondura.

No todo el disco es sobre poesía. Hay cantes que llevan letras normales, y otros no incluidos en él que Marina canta con letras tradicionales del flamenco, como la soleá y la malagueña con fandangos del Albaicín. En general mezcla los estilos, introduciendo sobre palos perfectamente flamencos otros géneros que no pasan de ser aflamencados. Hay hasta un tango americano, el de las madres locas de Carlos Cano.

La voz del agua

Cante: Marina Heredia. Guitarras: El Bola y Luis Mariano. Percusión: Paquito González. Piano: Fidel Cordero. Bajo y contrabajo: Popo. Violín: Alexis Lefebre. Teatro Calderón. Madrid, 13 de marzo.

Marina Heredia, a quien no oíamos desde hace años, se nos presenta como una cantaora muy capaz y completa. Quizá le falta poner un átomo más de emoción, con lo que ganaría muchos enteros en sus interpretaciones. Pero hay cosas que hace estupendamente bien. Por ejemplo, el cante final por tonás, realmente espléndido, o el cante por soleá, que bordó poniéndole rajo y flamencura. Es cantaora de voz fresca y poderosa, por lo que no se le puede regatear el elogio en este capítulo de su quehacer profesional. Tanto es así que canta siempre poniendo la voz arriba, olvidándose de los bajos habitualmente.

Otro dato a aportar sobre esta cantaora es su conocimiento de los cantes, que maneja con soltura pese a que la introducción del acompañamiento por un grupo bastante nutrido de músicos la lleve a veces a flamenquizar ligeramente algunos palos, lo que no debe ser tomado en detrimento suyo. El grupo le hizo un acompañamiento siempre eficaz, aunque donde más nos gustó ella fue en la sobriedad del solo de las guitarras o, incluso, el piano.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_