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Manu Muniategi dedica al erotismo su primer libro de artista

Mariano Arsuaga, coordinador del volumen, presentó ayer Instrucciones para náufragos, de Manu Muniategiandikoetxea (Bergara, 1966), como el primer libro de artista en euskera de temática erótica. La obra, que contiene 89 dibujos del pintor guipúzcoano y un texto de Harkaitz Cano, mantiene ese alto contenido sexual, pero también va más allá y asoma muchas veces un punto divertido, distante, en una colección de ilustraciones que beben lo mismo de Tinto Brass que de Matisse o el cine porno y que casan bien con el tono irónico de Cano.

Manu Muniategi es "uno de los renovadores de la pintura vasca", dijo Dani Castillejo, subdirector del Artium, donde se presentó la primera incursión del pintor en los libros de artista. En los dibujos que integran el libro, elegidos entre los más de 300 que ha ido realizando en los últimos siete años, se observa su interés por lo mínimo necesario.

Así se puede comprobar en Instrucciones para náufragos. Los dibujos, muy explícitos en su mayor parte, parecen muchas veces apuntes. "Entiendo el dibujo como un laboratorio de ideas y de técnica inmediata, donde las formas surgen de modo intuitivo y automático", comenta, aunque el libro sugiera que hay mucha más "cocina" detrás de estas ilustraciones. Sólo con las referencias que él mismo cita, además de las vitales: de Lars von Triar a Rodchenko, pasando por Andy Warhol o Kim Ki Duk.

Actitudes expresas

El resultado se convierte en un interrogante sobre lo erótico que parte de los protagonistas de cada una de las escenas e interpelan al lector. Las figuras, en actitudes expresas y posturas a veces imposibles, juegan con los límites entre intimidad, voyeurismo y exhibicionismo, siempre desde esos trazos mínimos que caracterizan el dibujo de Muniategi.

Al principio, el pintor pensó en acompañar sus imágenes con un texto que ejerciera como banda sonora, pero la idea no funcionó. Entonces, Harkaitz Cano optó por adaptar libremente Instrucciones para náufragos, del capitán de fragata Juan Navarro, publicado en 1944. En el relato de Cano, un saxofonista lee párrafos de este libro, que se ha encontrado en la mesilla de su hotel. Durante esta lectura, el texto y los dibujos conectan y se convierten en una obra nueva.

El libro está impreso en serigrafía, y ha sido posible gracias a la colaboración de Mariano Arsuaga y Laureano Olaetxea, quienes han trabajado en la reproducción de las piezas mediante esa técnica. El taller de diseño Laia se ha encargado de la edición de la obra que cuenta con 150 ejemplares numerados con 116 páginas cada uno.

El Artium ha adquirido un ejemplar de Instrucciones para náufragos, que se suma a las dos obras que la pinacoteca posee en su colección permanente del artista de Bergara. Una de ellas, Rotchenko japonesa blanca (2004), participó en la última exposición sobre adquisiciones recientes.

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