Desconfianza hacia el poder centralizado
"La unidad es la vida, la uniformidad, la muerte". Con esta frase del foralista del siglo XIX Ángel Allende Salazar se identifica Adrián Celaya, que se encuentra inmerso en el estudio de aquellos juristas que entonces estudiaron el derecho foral vasco. "Me parece que Allende Salazar, que murió a los 30 años, deja nítido lo que tiene que ser el respeto a las normas de cada territorio", comenta. Celaya no habla de independencia, ni de la noción de Estado, sino que alerta a lo que puede ser el rodillo que aplican poderes centralistas. "Me da lo mismo Bruselas, que Madrid, que Vitoria", añade.
Su tarea académica no ha cesado, a pesar de jubilarse como catedrático en la Universidad de Deusto en 1992. Como presidente de la Academia Vasca del Derecho, está impulsando la elaboración de un estudio que fije una ley civil común de todos los territorios vascos. "Hay muy poca documentación. En Vizcaya, Miguel de Unamuno recogió en un extenso artículo todo lo que pudo sobre el derecho consuetudinario de Vizcaya; al igual que hizo Bonifacio Echegaray en Guipúzcoa", comenta.
Mientras mantiene esos estudios, todavía le queda tiempo para escribir sobre la historia de Vizcaya y también algunos versos casuales, como los que dedicó a Sestao recientemente. "El ver las ruinas de lo que fue durante años el motor de Vizcaya, todo el tejido industrial de Sestao, me llegó al alma". Porque, a pesar de vivir desde hace medio siglo en Bilbao, no renuncia a sus orígenes. Como él reconoce en su biografía, su sensibilidad con la causa obrera no ha desaparecido nunca. "Recuerdo a compañeros que no tuvieron posibilidad de estudiar y han vivido en profesiones en las que no se realizaban. No deseo que ninguna discriminación de clases pueda producirse".
