Un año y dos meses para una mamografía
Una asociación de defensa de los enfermos recibe dos quejas al día por las listas de espera para especialistas y pruebas diagnósticas ø Otro colectivo de sanitarios cifra la espera media en 73,42 días -
A Pilar Huertas, de 47 años, le descubrieron unos nódulos sospechosos en la mama cuando tenía 30 años. Desde entonces se ha hecho una mamografía anual. Antes lo hacía a través de un seguro privado, pero hace un par de años lo intentó en la sanidad pública. Así que, siguiendo el protocolo, en agosto de 2005 pidió cita para ver al ginecólogo. "Me la dieron para septiembre. '¡Un solo mes!', pensé. Cuando me presenté en la consulta, mi nombre no aparecía por ningún lado. La cita era para septiembre de 2006", recuerda. Al año siguiente vio al ginecólogo y le hicieron la mamografía en un mes. Pero no le dieron los resultados hasta el 14 de febrero. En total, un año y medio para saber si tenía cáncer de mama.
La Comunidad hoy asegura que ninguna mujer, atendiendo a criterios clínicos, espera ya más de 40 días para realizarse esa prueba, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) rebaja hasta en un tercio la mortalidad por el cáncer femenino más frecuente. Sin embargo, igual que con la mayoría de pruebas diagnósticas, el tiempo real de espera suele superar con creces ese límite. "Es una trampa. Hacen lo mismo que con las listas de espera quirúrgicas. La propia mamografía puede tardar incluso menos de 40 días, pero hay que sumarle el tiempo de espera para la cita con el ginecólogo, antes y después de la prueba", denuncia el portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), Marciano Sánchez Bayle. La Comunidad ya fue expulsada en 2005 del sistema nacional de cómputo de listas de espera quirúrgicas al manipular las cifras para presentarlas más favorables.
Ahora, la Consejería de Sanidad no da cifras de la lista de espera para pruebas diagnósticas o para la consulta de especialistas; una portavoz asegura que son demasiado heterogéneas y están tratando de unificarlas. Pero, según los datos de la FADSP (recopilados a lo largo de 2001 y 2006 mediante la comprobación de la fecha de citación de la primera consulta, de 14 especialidades y de dos pruebas radiológicas en varios centros de cada una de las 11 Áreas de Salud de la región), el tiempo que puede llegar a esperar un paciente para, por ejemplo, una ecografía es de 211 días (ver cuadro adjunto).
El tiempo transcurrido entre la prueba diagnóstica y la entrega del resultado varía en función de la gravedad que el radiólogo haya podido detectar. "Eso no es fiable. El radiólogo podría pasar por alto alguna cosa. Además, el paciente, aunque luego no tenga nada, espera angustiado", denuncia Sánchez Bayle.
La Consejería de Sanidad, consciente de las deficiencias en el proceso de diagnóstico, aprobó el pasado mayo un plan de reducción de las listas de espera en este tipo de pruebas, aunque sin fijar tiempo límite, como en las quirúrgicas. "No se ha conseguido nada. Los tiempos de espera en pruebas diagnósticas y en consulta con especialistas son iguales o mayores que cuando llegó Aguirre", explica el diputado socialista Eduardo Sánchez-Gatell. "El principal problema es la atención primaria. Si ahí los médicos pudiesen pedir las pruebas y no tener que remitir a los pacientes a los especialistas, se ganaría mucho tiempo", añade.
Muchos afectados acuden a la asociación El Defensor del Paciente. "Les redactamos una reclamación en la que, sólo amenazando, consiguen muchas veces que se les adelante la cita", explica su presidenta, Carmen Flores. Cada día reciben al menos dos cartas denunciando la situación.
En materia de prevención, especialmente en cáncer de mama, la diligencia en el diagnóstico es crucial. De cada 100.000 revisiones preventivas practicadas a mujeres, 80 padecen un tumor. Según el jefe de sección de oncología del hospital Clínico y vocal de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), José Luis González, está demostrado que las pruebas preventivas son eficaces en los cánceres de: colón (el tercero en incidencia masculina, 63,5 por cada 100.000 habitantes, y segundo en las mujeres, 39 por cada 100.000 habitantes), cuello de útero (tercero en incidencia en las mujeres, entre 7 y 8 de cada 100.000 mujeres), mama (una de cada 12 mujeres, el más frecuente), y pulmón (52 por cada 100.000 habitantes, el más frecuente en hombres). "A partir de edades avanzadas, esas pruebas son beneficiosas", explica González. "Para el resto de cánceres no hay ningún estudio que avale su eficacia", añade.
La Comunidad realiza un programa de mamografías bianuales dirigido a las 708.577 mujeres de la región de entre 50 y 69 años, según los criterios de la OMS. A estas edades, esta prueba es especialmente eficaz. El año pasado se realizaron unas 130.000 pruebas. El parlamento europeo recuerda en una resolución de 2002 que hay estudios que indican que los programas de prevención en mujeres de entre 40 y 49 años pueden reducir la mortalidad hasta en un 20%.
"Desde la SEOM nos gustaría que se empezara cuanto antes. Evidentemente, hay cánceres de mama que aparecen a los 30 años, pero el debate es si es rentable empezar desde tan temprano. Entendemos que este tipo de programas se hacen en función de la priorización de recursos en la sanidad pública, pero la prevención en salud debe ser prioritaria. Proponemos que la edad de comienzo se avance a los 45 años en la Comunidad de Madrid, como ya se hace en la Comunidad Valenciana, que es una referencia en programas de detección precoz de cáncer de mama", explica el presidente de SEOM, Alfredo Carrato.
José Luis R., 57 años: "Vivo angustiado sin saber el resultado de la biopsia"
José Luis R. está empezando a ponerse nervioso. Tiene 57 años y problemas de próstata. Su urólogo le mandó hacerse una biopsia que le realizaron en diciembre. "Espero que no sea nada, pero quién sabe. Ya he tenido problemas antes", dice. Y así, esperando, seguirá si las reclamaciones que ha puesto no prosperan. Le han dado cita para conocer los resultados en octubre de 2007. "He reclamado porque estoy angustiado y porque el urólogo insistió en que quería verme antes de la fecha que me habían dado", apunta. "Imagino que si tuviera algo malo me habrían avisado. Pero, claro, no lo sé".El 30% de los hombres mayores de 50 sufren cáncer de próstata, el segundo más frecuente entre los varones. Es la segunda vez que a José Luis le dan el resultado de la biopsia tras un año. Por eso acudió a reclamar a la asociación El Defensor del Paciente.
Josefa Lorenzo, 60 años: "Para una densitometría vuelva usted en 2008"
Josefa lleva cinco años tomando medicamentos contra la osteoporosis, pero no tiene ni idea de si padece esa enfermedad. "Me lo recetó el médico cuando vivía en Gandía, como prevención", recuerda. "Pero ya no me fío. Esas pastillas son muy fuertes y cuando las tomo tengo que quedarme media hora sentada. Quiero saber si tengo o no la ostoporosis esa", anuncia.La osteoporosis afecta en España a 2,5 millones de mujeres y a 750.000 hombres. En las mujeres aparece principalmente durante la menopausia. Se trata de un proceso de descalcificación de los huesos en el que pierden consistencia y densidad. Es una patología tratable, pero tiene que ser diagnosticada.Mediante una densitometría, una suerte de radiografía, se puede ver fácilmente. Por eso, en enero, Josefa visitó a su médico de cabecera y le dio un volante para que se hiciera la prueba. Días más tarde fue al centro de Villaverde y le dijeron que ya no daban cita para 2007. "Vuelva usted en 2008 y le damos hora", le dijeron. "No sé si tengo la enfermedad o si estoy siguiendo un tratamiento que no es bueno para mi salud. Es una vergüenza que me hagan esperar más de un año".
Lorenzo Araque Araque, 50 años: "Hace tres meses que espero a que me llamen"
Una tarde del último junio, a Lorenzo se le hinchó mucho la mano. El dolor iba recorriendo los dedos de una extremidad primero, y los de la otra luego. Trabaja como repartidor de prensa, así que hubo un momento en que las molestias le dejaron ya fuera de combate. Fue al hospital Ramón y Cajal y le dijeron que quizá padeciese gota. Le dieron unos medicamentos que él, muy desconfiado, no se tomó. "Y suerte, porque luego vi al médico en noviembre y me dijo que no era gota. Me mandó hacerme unas analíticas y me dio calmantes".Con la analítica no vieron nada, así que el 19 de diciembre visitó al traumatólogo y éste pidió que se le hiciera a su paciente un electromiograma. "Ya le llamaremos para decirle cuando tiene la cita", le dijeron. Y hoy, todavía espera esa llamada.Su mujer reclamaba en la ventanilla del centro de especialidades de San Blas el pasado jueves. Pero no recibió ninguna respuesta. "Me han dicho que ya nos llamarán, que no saben cuando se lo podrán hacer".Lorenzo sigue trabajando a pesar de los dolores. "Es una vergüenza como está la sanidad pública. El dolor ya se me ha extendido al hombro y nadie me dice que tengo", protesta.
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