Incómoda bandera electoral
La ley de Capitalidad que pide Zoido para Sevilla abre diferencias en el PP
El nuevo Estatuto reconoce expresamente, en su artículo cuatro, que Sevilla es la capital de Andalucía. Una realidad asumida por la sociedad, sin el más mínimo atisbo de discusión, pero que por primera vez aparece recogido en un texto con rango constitucional. No fue recogido en el primer Estatuto de 1981 por el temor de los políticos entonces al espantapájaros de los agravios.
Esta referencia explícita es "suficiente garantía", según el secretario general del PSOE sevillano, José Antonio Viera, para que la Junta dote -sólo lo puede hacer mediante ley- a la capital con más recursos e inversiones para esta ciudad con la idea de compensar, según coinciden socialistas y populares, los servicios que presta a una población flotante superior al censo municipal.
Con todo, el PSOE hispalense recogerá en su programa electoral, que presentará a mediados de abril, una propuesta en la que "urgirá" a la Junta a que desarrolle la capitalidad.
Viera se cuidó mucho ayer de pedir la ley de Capitalidad para no entrar directamente en el debate reabierto por el candidato popular a la alcaldía de Sevilla, Juan Ignacio Zoido. A poco más de dos meses de las elecciones municipales, el candidato popular ha resucitado, al reclamar una ley de Capitalidad, un asunto que despertó recelos y tensiones en el seno del PP, especialmente desde los populares malagueños, cuando lo solicitó en 2003 el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín. En ese momento, el entonces ministro de Administraciones Públicas y ahora presidente del PP andaluz, Javier Arenas, negó desde el Gobierno central ese estatus a Sevilla al entender que esa competencia correspondía a la Junta de Andalucía.
Zoido coge ahora como bandera electoral la propuesta que reclamó sin éxito en su día su adversario electoral. El alcaldable popular anunció que su fuerza política elevará al Parlamento andaluz esta normativa que parte de las cartas de capitalidad que ya poseen Madrid, Barcelona y Palma de Mallorca y que surge después de que, según el dirigente popular, el PSOE "no quisiera reconocer" la capitalidad, cuando se redactó el Estatuto. Según Zoido, para que Sevilla pueda ejercer como capital de Andalucía debe asumir más competencias y reciba más dinero. Una financiación adicional de 30 millones de euros más un 16% de las inversiones para Andalucía, que sumarían 200 millones anuales.
En Málaga, los populares han restado decibelios a las voces críticas con respecto a este reconocimiento, aunque, a cambio, piden que la ciudad de la Costa del Sol reciba la capitalidad económica, una reclamación que no se ajusta a la realidad ya que la ciudad con mayor Producto Interior Bruto (PIB) es Sevilla. "Somos de la misma familia, por lo que me parece bien que nuestro compañero Juan Ignacio Zoido pida para Sevilla lo que se merece esta ciudad, pero también debe reconocérsele a Málaga que es la capitalidad económica de Andalucía. Reclamamos que se le trate y se le compense en cuanto a inversiones, ingresos y competencias. Lo venimos pidiendo desde 1995 desde que llegamos a la alcaldía malagueña", sostuvo el pasado lunes Mariví Romero, portavoz del gobierno local del PP en el Ayuntamiento de Málaga.
Los dirigentes populares malagueños no han hecho gala siempre de la mesura que muestra ahora su portavoz municipal. Años atrás, cuando quien propuso este reconocimiento en 2003 fue el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, su homólogo malagueño Francisco de la Torre llegó a tildar esta propuesta de "pretensión políticamente imprudente y sin fundamento". El regidor popular, de hecho, ha acompañado siempre sus reivindicaciones de inversiones e infraestructuras para Málaga con críticas a un supuesto trato discriminatorio de la Junta en beneficio de Sevilla. Ahora, De la Torre guarda silencio ante la propuesta planteada por su compañero Zoido para no abrir la brecha que entonces provocó con sus críticas a la propuesta del socialista Monteseirín. También ha hecho sordina Arenas, quien ha declinado pronunciarse sobre su negativa de antaño al estatus que ahora reclama su candidato en Sevilla.
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