Llevo 32 horas sin dormir... ¿te opero?
Los médicos residentes (MIR) de toda España hemos iniciado una impactante campaña con la que pretendemos denunciar una realidad cotidiana de interminables jornadas de trabajo con muy poco reconocimiento. Intentamos presionar a la Administración para que modifique un real decreto que perpetúa el abuso y las situaciones de indefensión que sufren muchos médicos residentes. Se ha creado cierta polémica en torno al lema de nuestra campaña, "Llevo 32 horas sin dormir, ¿te opero?". El Ministerio de Sanidad opina que faltamos a la verdad, y editoriales de algunos diarios nacionales nos acusan de alarmistas. Algunos creen que violamos nuestro código deontológico.
Los ciudadanos -incluidas las autoridades que legislan- desconocen la situación real de los MIR, y de los médicos en general. Con nuestra campaña intentamos hacerles reflexionar sobre las condiciones en las que se nos ofrece una sanidad universal, de altísima calidad, que generalmente no dudamos en alabar o criticar, sin detenernos a analizar. La situación que denunciamos es real; hay médicos en los hospitales que tienen que atender a sus pacientes tras más de 32 horas de trabajo sin descanso. Y no sólo los MIR, también hay especialistas que tienen que prolongar sus jornadas por peonadas o guardias.
Es cierto que rara vez un residente que no haya librado una guardia -tras 32 horas de trabajo- realiza una intervención quirúrgica solo, aunque en no pocas ocasiones está supervisado por cirujanos que llevan más horas que él sin descansar. Sin embargo, todos los días los residentes realizan, en esas condiciones lamentables, exploraciones, redactan historias clínicas, solicitan pruebas más o menos invasivas, deciden ingresos o administran fármacos, actividades tan relevantes y que exigen tanta atención como una intervención quirúrgica, aunque sean mucho menos mediáticas.
Esperamos que esta campaña ayude a divulgar nuestra realidad y anime a todos a exigir a la Administración, ministerio y comunidades autónomas unas mejores condiciones en las que los médicos podamos aprender y desempeñar nuestra profesión. Con esta movilización lo único que hacemos es cumplir con nuestro deber, es decir, con nuestro código deontológico.
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