Lehendakari (2)

Ibarretxe tendrá que volver a declarar ante el Tribunal Superior de Euskadi en relación con sus reuniones con Otegi y otros dirigentes de la ilegalizada Batasuna. Ya lo hizo a fines de enero, entonces con motivo del encuentro mantenido en abril. Estando ya imputado, volvió a reunirse con esos dirigentes el 22 de enero, por lo que el Foro de Ermua, que había presentado la querella, la amplió en relación con ese nuevo contacto.

La Ley de Partidos prohíbe toda actividad política al partido ilegalizado, pero no dice que también cometan delito terceros que se reúnan con los miembros de ese partido. Es muy rebuscado considerar que el delito es de cooperación necesaria con el delito de desobediencia de la prohibición que cometerían esos dirigentes. Si se va expandiendo la prohibición a todo el que tenga contacto con la formación ilegal, podría llegarse al absurdo. Para evitarlo, el Supremo dictó una sentencia en un asunto coincidente en el fondo en el que se consideraba "fraude constitucional" los intentos de interferir con querellas o denuncias en la acción política.

Esa doctrina es aplicable al caso del lehendakari; puede considerarse que de todas formas era conveniente que declarase para dejar constancia de que no pretendía desafiar la ilegalización, contra la que estuvo su partido en su momento. Pero repetir ahora el trámite parece improcedente, mera repetición de un trámite.

Lo cual constituye una razón adicional contra la decisión del Tribunal de llamar nuevamente al lehendakari. Pues reiterar un trámite inútil (dada la doctrina marcada por el Supremo) sólo contribuye a aumentar el exceso de trabajo que retrasa y a veces colapsa la actuación de los tribunales. El Superior vasco debería dar ejemplo de ahorro procesal.