Homenaje a los fallecidos en la batalla de Matxitxako

El Gobierno vasco, con el lehendakari al frente, rindió ayer homenaje en el mar a los marineros fallecidos en la desigual batalla naval que libraron junto al cabo de Matxitxako, hace ahora 70 años, el crucero Canarias, el buque más poderoso de la armada franquista, y cuatro buques pesqueros artillados de la Marina Auxiliar de Guerra de Euskadi. El recuerdo a los marineros vascos fallecidos en ese episodio bélico de la Guerra Civil se realizó en el mismo punto, denominado Aketxe, en el que se produjo el enfrentamiento a cañonazos entre los bous de la flota vasca y el acorazado.

El acto consistió en una ofrenda floral en el mar, que inició el lehendakari al arrojar una corona. Los consejeros del Gabinete presentes en el barco, así como otras autoridades y familiares de los fallecidos y los supervivientes, le secundaron lanzando a su vez flores al agua, mientras las embarcaciones que les acompañaron hicieron sonar sus bocinas. De regreso a Bermeo, Ibarretxe se reunió con los familiares de los marineros muertos, a los que se ha entregado un cuadro que reproduce al combate del bou Navarra.

Posteriormente, la comitiva se trasladó al cabo Matxitxako, donde se inauguró la escultura de Néstor Basterretxea Matxitxako Guda. En su intervención, Ibarretxe destacó "el valor" con que se enfrentaron al acorazado de los marinos de los cuatro bous de la precaria marina de guerra del primer Gobierno vasco que salieron de Bilbao para dar escolta al mercante Galdames, que transportaba desde Bayona pasajeros, dinero y carga general. El ejemplo de aquellos hombres, añadió el lehendakari, es también portador "de un mensaje esperanza, que tanto necesitamos en estos tiempos", ya que tras la Guerra Civil y la dictadura "supieron ser generosos y encontrar el camino de la convivencia y la reconciliación".