La mirada de dos arquitectos
Los arquitectos ganadores se declaran felices con el primer premio ex aequo. Ambos ven reconocido su esfuerzo pasado en otros proyectos para Valencia que quedaron aparcados.
Jean Nouvel, "extraordinariamente contento", ve refrendada la propuesta Valencia litoral. Desde su punto de vista, no sólo se ha premiado el diseño del proyecto, sino también "la reflexión sobre el concepto litoral de Valencia". El arquitecto francés se muestra asimismo contento de compartir el premio con GMP, ya que "un proyecto de tal magnitud no puede ser desarrollado por un solo arquitecto" y desde siempre ha pensado que "se necesitan muchas manos para dar diversidad morfológica" a esta zona. Nouvel no ve problema por las "incompatibilidades que pudiera haber", dada "la seriedad" de los colegas alemanes.
El arquitecto francés destaca varias claves en su proyecto, cuyo plan de usos y estrategia corresponde a José Miguel Iribas. Una de ellas es la creación del denominado Jardín de Natzaret, que recupera la continuidad del río hasta el mar y que puede convertirse en "el jardín litoral más grande del Mediterráneo". La puesta en valor turística del puerto en conexión con la playa de La Malva-rosa constituye otro de los ejes de esta propuesta, que a la vez tiene "un importante contenido social". En ese sentido, Nouvel destaca la "voluntad clara" de integrar áreas urbanas inmediatas "sin barreras" y con gestos hacia esos barrios a través de jardines o zonas deportivas. También resalta la generación de una oferta del 50% de viviendas sociales y para jóvenes, así como vivienda destinada a la "captación de talento", lo que persigue convertir la zona en "el espacio más joven de Valencia". La propuesta supone "la revelación definitiva del mar para Valencia y la apropiación por parte de los valencianos". Valencia posee el 16% de las playas urbanas de España y que su proyecto apunta hacia su puesta en valor. "El espacio resultante puede ser el mejor litoral de Europa y generar muchas perspectivas económicas", subraya.
Volkwin Marg, fundador de GMP con Gerhard von Meinard, también se muestra encantado con el premio y "fascinado" por un reto al que subyace la tensión entre la vida de la ciudad y la actividad portuaria. Marg, estos días en la ciudad con el director del proyecto, Martin Glass, destaca que Valencia tiene la oportunidad de "no cometer los mismos errores" de otras urbes portuarias, que en entornos similares han optado "por hacer tabla rasa". Marg defiende la convivencia "del contraste" entre la actividad industrial "y el elemento nostálgico" de la dársena interior, reflejo "de la identidad de la ciudad", junto a un tercer elemento, el del turismo moderno, el ocio y el deporte. "Son tres mundos y el mayor error de las ciudades portuarias ha sido siempre la enemistad entre las autoridades de los puertos y la ciudad", sostiene el arquitecto alemán, que confía en "ayudar a un modus vivendi" que supere los posibles conflictos de la planificación. Con el proyecto de Nouvel ve "coincidencias muy bonitas", como la nueva desembocadura del Turia. "Nos entenderemos", asegura Marg.
Del plan de GMP destaca la prolongación de la avenida de Francia en un eje claro que acorta distancias a la vez que ordena espacios hacia un gran parque urbano cuya culminación se concibe como "el faro de Alejandría", dos rascacielos que forman una potente V. El Turia "navegable desde L'Oceanogràfic" hasta el puerto y con un canal a la dársena es otra idea relevante. Para Marg, "no hay nada mejor que el agua, porque los arquitectos no pueden construir sobre ella y los especuladores no pueden especular". Quiere devolver los tinglados al mar, retirar el cemento añadido por la Copa del América y crear una marina residencial.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.