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Aumentan las muertes violentas de jóvenes en el interior de Brasil

Las grandes ciudades reducen la inseguridad mientras crece en las pequeñas poblaciones

Juan Arias

Rara es la semana en que no salta a los medios internacionales algún suceso violento acontecido en Río de Janeiro o São Paulo. El pasado martes encontraron en su apartamento a tres franceses cooperantes de una organización de ayuda a niños abandonados, atados a tres sillas y muertos a puñaladas. Uno de los supuestos asesinos, de 25 años, había sido recogido por ellos cuando era niño. El sábado anterior, cuatro presuntos narcotraficantes murieron en un tiroteo con la policía en la favela de Barbante, en Río. Un día antes, el propio ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mántega, fue hecho rehén durante varias horas en su casa de campo, por varios asaltantes que se llevaron unos 10.000 dólares (7.559 euros) en metálico.

El último suceso que ha horrorizado a los brasileños ocurrió anteayer en São Paulo, cuando murió una niña de tres años en brazos de su abuelo a causa de una bala perdida.

Sin embargo, el lunes se hizo público un informe en el que se viene a decir que las cosas no son siempre como parecen. O dicho de otra forma: que las grandes ciudades como Río y São Paulo han logrado estabilizar o reducir las tasas de violencia desde 1999 a 2004, mientras ésta crece en los pequeños municipios. Fallecen más jóvenes en las ciudades del interior del país que en las grandes urbes. Ésa es una de las conclusiones del informe del Ministerio de Salud y la Organización de los Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI). La ciudad de Recife, en el noroeste pobre, es la capital con mayor porcentaje de jóvenes asesinados: 207 por cada 100.000 habitantes.

Muerte brutal de un niño

En Río de Janeiro, los ciudadanos aún siguen manifestándose contra la brutal muerte de un niño de seis años el pasado 7 de febrero. João Hélio Fernandes fue arrastrado por un coche, al que quedó enganchado por el cinturón de seguridad cuando se lo robaron a su madre, durante siete kilómetros, 15 minutos y 10 calles. En el coche iban cinco jóvenes, de los cuales tres son menores de edad. Pero según el informe sobre la violencia, en Río sólo se producen 131,9 muertes por cada 100.000 habitantes, y aparece en el puesto 43 en cuanto a asesinatos de jóvenes, mientras que en asesinatos en general ocupa la posición 107.

El sociólogo Julio Jacobo Waiselfisz opina que la causa de ese incremento de muertes de jóvenes en las ciudades de tamaño mediano se debe al crecimiento económico de las mismas, lo que ha supuesto mayor riqueza y por tanto mayor tráfico de drogas. Otro de los motivos puede ser la mayor inversión de recursos del Estado para hacer frente a la violencia en las favelas de las grandes urbes.

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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunirá hoy con los 27 gobernadores del país para estudiar el tema de la violencia. Lula tendrá que explicarles por qué en los presupuestos del Estado siempre la seguridad acaba siendo la cenicienta. "Necesitamos encontrar las soluciones para evitar que Brasil siga siendo visto en las páginas de los periódicos como un país con mucha violencia", declaró ayer Lula.

Empleados municipales transportan los ataúdes de los tres cooperantes franceses asesinados el martes en Río.
Empleados municipales transportan los ataúdes de los tres cooperantes franceses asesinados el martes en Río.EFE

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