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Sarkozy sostiene que el eje franco-alemán no tiene sentido en la Unión Europea actual

El candidato conservador francés aboga por "una amistad libre" con Estados Unidos

Nicolas Sarkozy explicó ayer su visión del mundo a los representantes de la prensa internacional en París. "No hay ningún interés en que perdure la crisis europea", dijo el candidato conservador a la presidencia francesa, que insistió en la adopción de un "tratado simplificado de naturaleza funcional" para que las instituciones se pongan en marcha este año. "Somos amigos libres" de EE UU, dijo matizando su atlantismo confeso, y dibujó una Francia más orientada hacia el sur y desprendida del eje franco-alemán, que "en la Europa a 6, a 9, a 12 o a 15 podía tener sentido, pero a 25 es otra cosa".

Se mostró firme en el rechazo a que "Irán disponga de misiles nucleares" y se sumó a la idea de crear un banco internacional de combustible nuclear que permita a los países pobres disponer de fuentes de energía.

Sarkozy considera que el futuro de la construcción europea -paralizada desde que hace casi dos años Francia y Holanda dijeran no al Tratado Constitucional- puede quedar "definitivamente comprometido" si no se actúa con rapidez. La idea de adoptar un "tratado simplificado" que establezca una presidencia estable del Consejo Europeo, un ministro de Exteriores, la extensión del sistema de la mayoría cualificada a los temas penales, judiciales y de inmigración y el mecanismo de voto por doble mayoría, permitiría, en su opinión, reactivar el funcionamiento de la UE este mismo año. El candidato de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) dijo contar con el apoyo de varios líderes europeos, entre los que citó al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero.

El líder de la UMP lamentó la ausencia de Francia en la reunión que tuvo lugar en Madrid el mes pasado de los países que han ratificado la Constitución. "Es la primera vez desde 1945 que 18 países han hablado del futuro de Europa sin Francia. No es la visión que tengo de la política europea", dijo.

Sarkozy propuso también una redefinición de los tradicionales equilibrios de fuerzas dentro del proyecto europeo, tanto en lo que respecta al mecanismo de toma de decisiones como a la revisión del papel preponderante del eje franco-alemán. En su opinión, es imprescindible acabar con la regla de la unanimidad en la UE -"la única forma de salvar la Europa política"- porque "no es concebible" que uno o dos Estados impidan que la Unión avance.

Sobre los desencuentros cada vez más frecuentes entre París y Berlín, Sarkozy fue claro. El eje franco-alemán, en términos bilaterales, debe reforzarse. Pero en el contexto europeo ya no tiene el mismo sentido que antes. "En la Europa a seis, a nueve, a 12 o a 15", dijo, "podía tener sentido, pero a 25 es otra cosa".

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En este sentido, el candidato conservador dibujó para Francia un paisaje europeo más enfocado hacia el sur y el Atlántico. Significativamente, citó a los grandes países europeos como Francia, Alemania y Reino Unido, mencionando su población y añadió: "Y España, una grande de Europa, de la que tenemos necesidad". Asimismo insistió en la creación de una "unión mediterránea" que incluya a los países de ambas orillas y articule "una gran alianza entre Europa y África que llegue a ser un contrapeso al que están ejerciendo América y Asia".

La relación entre Europa y EE UU "es una necesidad para el equilibrio del mundo", pero debe estar limpia de cualquier sometimiento. "Pido a nuestros amigos americanos que nos dejen libres, libres de ser sus amigos". Así rechazó la pretensión de Washington de que "la Alianza Atlántica se convierta en una organización en competencia con la ONU" e insistió en la necesidad de que Europa destine más fondos a su defensa, señalando que no es de recibo que Francia y Reino Unido sostengan el peso casi en solitario. Si es elegido, mantendrá los gastos en defensa en el 2% del PIB.

En términos de reforma del modelo político, el discurso de Sarkozy de ayer tiene un elemento novedoso que rompe la tradición de la V República, que consagra que las relaciones internacionales son una domaine reserve (campo reservado) del presidente. "Hay que reservar el papel del Parlamento", dijo, "el presidente no puede dejar de rendir cuentas de cómo gestiona una crisis internacional". Según Sarkozy, el no hacerlo es una fuente de problemas, y citó explícitamente la ausencia de debate sobre la intervención de España en la guerra de Irak como uno de los errores de José María Aznar.

Nicolas Sarkozy se dirige a la prensa ayer en París.
Nicolas Sarkozy se dirige a la prensa ayer en París.ASSOCIATED PRESS

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