Prodi acude hoy al Parlamento italiano para reclamar un voto de confianza

Romano Prodi comparecerá hoy ante el Senado y la Cámara de Diputados para pedir un voto de confianza que le permita seguir, hasta donde pueda, como presidente del Gobierno italiano. La votación crucial, la que mantendrá en su puesto a Prodi o le hundirá de forma definitiva, se realizará mañana miércoles por la noche en el Senado, donde el Gobierno sufrió la semana pasada una derrota que lo condujo a la dimisión. El centro-izquierda confía en pasar la prueba, gracias a la cooperación de al menos un tránsfuga, el democristiano Marco Follini, y a los votos de al menos cuatro de los senadores vitalicios.

Prodi se encerró ayer con sus colaboradores para redactar su discurso, que será el mismo en ambas cámaras. En el entorno de Il Professore se percibía la intención de lanzar una oferta de diálogo al centro democristiano, plasmada en la cuestión de la familia: el proyecto de ley sobre parejas de hecho, ya en el Parlamento, podría quedar enterrado sine die en una comisión, mientras se aceleraría, en cambio, una ley de ayudas económicas para fomentar la natalidad. Estaba por ver cómo encajaría ese giro el sector de comunistas, radicales y verdes.

El Gobierno de centro-izquierda parecía dispuesto, en un primer momento, a situar la reforma de las pensiones en cabeza de su agenda legislativa. Familia y pensiones fueron los dos temas de los que habló el sábado Romano Prodi, tras recibir una segunda oportunidad del presidente de la República, Giorgio Napolitano. Los sindicatos, sin embargo, expresaron ayer un rotundo rechazo a una nueva reforma de las pensiones, adicional a la ya realizada por el Gobierno de Silvio Berlusconi. El no sindical estrechó aún más el margen de maniobra de un Gobierno fragilísimo, maniatado por la falta de mayoría en el Senado y por sus contradicciones internas.

Uno de los indicios que apuntaban a un guiño de Prodi a los democristianos (gente, al fin, de su misma matriz ideológica) fue percibido en la comisión parlamentaria que determinó fechas y horas para la moción de confianza. Los democristianos insistieron en que el jueves tenía que estar ya todo listo, para poder iniciar la discusión sobre la ley contra la violencia en el fútbol. Los senadores gubernamentales aceptaron anticipar la votación a martes y miércoles.